‘Baixà amb paelló pel Raval’ valientes participantes
La primera edición de la más de mil espectadores y una treintena de congrega a
Las imágenes recordaron a los encierros de San Fermín, con cientos de personas congregadas en una calle abarrotada con ambiente de festivo y expectación. Una de las diferencias más reseñables fue que no se trataba de Pamplona, sino de Borriol, y otra notable disparidad, que en vez de soltar toros, lo que obligó a desplazarse a los presentes era una persona que conducía un paellón. Sí, han leído bien, el último uso conocido para la paella es la de vehículo.
El organizador de la curiosa prueba, Sergio Sánchez, relata cómo se le ocurrió semejante competición. «Fue el año pasado. La calle empieza en casa de mis padres y después de comernos una paella con los amigos decidimos tirarnos con la paella cuesta abajo. Lo grabamos y nos lo pasamos tan bien que quisimos organizarlo para que llegara a más gente», detalla.
Dicho y hecho, se pusieron manos a la obra y el Mundial de carreras de paellas tuvo un éxito más que notable, con una treintena de participantes, más de 1.000 personas como público y ausencia de incidentes en forma de golpes o heridos. El ganador llegó desde Palencia y al margen de llevarse el trofeo que le acreditó como primer vencedor de la Baixà amb paelló pel Raval se llevó un jamón gracias a su recorrido de 67 metros, llegando más lejos que sus rivales.
Entre los participantes destacó también el padre del propio organizador, que con 75 años «representó al Hogar del Jubilado de Borriol». Sobre el éxito de participación y público, Sergio admite que ya se esperaba que el evento no iba
Prueba
Numerosas personas presenciaron el ‘mundial’.
Los participantes se deslizaron por la calle en un paellón adaptado.
a pasar desapercibido. «La gente tiene ganas de fiesta y muchos en el pueblo ya me comentaban que iban a ir», apunta. El organizador, que creó en su día inventos como la carajillera o el artilugio que sirve para calmar a perros y bebés al escuchar ladridos o llantos, lo que
da buena muestra de su creatividad, aclara que la paella con la que se tiraron los participantes «se adaptó para evitar golpes con una gomaespuma»: «Al principio la idea era que cada uno se trajera la suya, pero vimos que era más seguro que todos utilizaran esta».