Después del incendio
Urge cambiar la política forestal escuchando a quienes viven en los pueblos y conocen el monte
No nos debemos quejar porque nos dedicamos a la política por gusto, porque nos puede la vocación de servicio público. Pero tenemos nuestro corazoncito y cuando se reconoce el trabajo bien hecho, nos alegramos. Sobre todo cuando se reconoce la tarea de las diputadas y los diputados del equipo de gobierno de la Diputación de Castellón. Porque sé de su entrega y buen hacer. Por ello, me emocioné con el vídeo de la alcaldesa de Villanueva de Viver, María Amparo Pérez Benajas, del Partido Popular, ensalzando el trabajo del diputado de Bomberos, Abel Ibáñez, y de su asesor, Toni Ripollés, durante los difíciles días del incendio del Alto Mijares.
Fue el sábado en Montanejos, en el homenaje que a iniciativa del alcalde, Miguel Sandalinas, se rindió a los bomberos, cuerpos de seguridad, colectivos y personas que lucharon contra el fuego. Se me pusieron los pelos de punta al escuchar a María Amparo que Abel y Toni estuvieron pendientes de ella, «informando sobre la situación en Villanueva de Viver a cualquier hora del día, y de cuándo se podría entrar en el pueblo». Añadió que ambos «hicieron humanidad y ayudaron a todas horas a mi pueblo».
¡Gracias a María Amparo! Porque los reconocimientos a personas de otro partido son habituales en petit comité, pero no en público. Gracias de corazón.
Nos hubiera gustado no tener que hacer frente a ningún incendio. Ni a lo que viene después. Pero los incendios se producen con una virulencia inusitada que guarda relación con el cambio climático y el cambio de vida y de actividad en el medio rural.
Urge cambiar la política forestal escuchando a quienes viven en los pueblos y conocen el monte. E invertir más en la mejora de las pistas existentes y la construcción de otras que faciliten la movilidad de quienes viven allí y de los equipos de extinción.
Pero quiero reivindicar lo mucho que en este mandato ha hecho la Diputación en materia de prevención, extinción y recuperación de la normalidad tras la tragedia. Entre la Generalitat y la Diputación se invertirán 2,4 millones de euros en 2023 en las brigadas de mitigación de emergencias para eliminar maleza en el entorno de poblaciones y urbanizaciones con el objetivo de que en caso de incendio la población quede a salvo. Así se preservaron el cámping de Viver y la embotelladora de Bejís en agosto.
Luego está el presupuesto de 2023 del Consorcio Provincial de Bomberos de 22,6 millones para mejorar sus condiciones laborales y adquirir nuevos medios materiales que redunden en el incremento de su seguridad y la eficacia del servicio.
Si nos referimos al día después de los incendios de 2022 iniciados en les Useres y Bejís hay que recordar que la Diputación ha activado acciones por valor de 710.000 euros a favor de los 13 municipios afectados.
Un dinero destinado a promoción turística; convenios singulares que se adaptarán a lo que soliciten los ayuntamientos y que a petición de los propios alcaldes se han pospuesto a 2023 para evitar problemas de cumplimiento de plazos con las justificaciones; limpiar y regenerar caminos, y discriminar positivamente con el Plan de Empleo Provincial a estos ayuntamientos para que puedan contratar a más personas.
De forma idéntica estamos actuando con el incendio del Alto Mijares de marzo. Destinaremos 60.000 euros para convenios singulares con los ayuntamientos afectados y 50.000 para la promoción turística.
Limpiaremos caminos y reforzaremos el personal de la Oficina del Servicio a la Asistencia de Municipios (Ofisam) para acometer la gestión y tramitación de las ayudas del Gobierno y la Generalitat. Y los cinco pueblos que sufrieron las llamas también serán discriminados positivamente con el Plan de Empleo de 2023.
El ilustrado Immanuel Kant dijo en el siglo XVIII que «ser, es hacer». Entiendo que haya quien piense que podríamos haber hecho más, o que lo diga por razones partidistas, aunque creo que hemos hecho mucho. Quería que quedara constancia.