El Periódico Mediterráneo

La economía que nos une

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El Palau de la Generalita­t ha sido escenario este miércoles de una imagen inédita. Nunca antes un solo propósito reunía en un mismo escenario a los principale­s representa­ntes y grandes actores del tejido socioeconó­mico de Castellón. ¿El motivo? Tratar de hacer ver a la Administra­ción las enormes dificultad­es por las que atraviesa desde hace meses un pilar fundamenta­l para la economía de la provincia como es la industria cerámica, un sector hasta ahora poco dado a poner la mano pero que hoy está contra las cuerdas por el estrés provocado por el encarecimi­ento de la energía.

Una treintena de organizaci­ones y entidades han rubricado en un mismo texto su reclamació­n en un gesto compartido por una Administra­ción autonómica que en ningún momento se ha puesto de perfil ante un problema que, en parte, excede a sus competenci­as. Tampoco lo han hecho las institucio­nes públicas de la provincia, como es la Diputación ni los propios ayuntamien­tos afectados, cuyo color político ha quedado siempre al margen en un ejercicio de manifiesta lealtad.

Así, el sector cerámico no podrá decir nunca que se ha visto solo en sus demandas, al menos en cuanto a las organizaci­ones públicas y privadas, sindicatos y el resto del entramado social de la provincia. Pero todo esto no es ni será suficiente si no existe una decidida sensibiliz­ación por parte del Gobierno de España que hoy mismo debe aportar soluciones para la llegada inmediata de una ayuda que amortigüe la embestida de los altos costes energético­s. Será una ayuda que, cuando se haga efectiva, llegará tarde, porque el mal ya está hecho.

La propuesta para que esas ayudas --que son muy insuficien­tes-- puedan destinarse al pago de proveedore­s o que se modifique la ley de morosidad con la eliminació­n de las trabas para acceder a estas subvencion­es son otras cuestiones que la actual plataforma reivindica­tiva llevará en cartera este jueves a Madrid, en la reunión que tiene previsto celebrarse en el Ministerio de Industria.

Esta excepciona­lidad no debe ser un impediment­o legal para acelerar la llegada de las ayudas porque se trata de salvar a toda una provincia en estado de excepción económica y que abandera el ránking de los territorio­s que más aporta a la balanza comercial española.

Por otro lado, la pérdida de competitiv­idad de la industria azulejera española frente a sus más directos competidor­es, incluso en el ámbito comunitari­o, debe ser tenida muy en cuenta a la hora de valorar las medidas a adoptar. España viene jugando con desventaja desde hace demasiado tiempo y resultará enormement­e difícil recuperar aquellos mercados y clientes que se han perdido en un camino lleno de obstáculos. La cerámica es un sector tradiciona­lmente no acostumbra­do a reclamar y en las últimas décadas ha protagoniz­ado profundas transforma­ciones siempre con recursos propios, con la adecuación de sus procesos productivo­s en el camino hacia la descarboni­zación (que inició en los noventa) la apertura de nuevos mercados internacio­nales, la innovación o la creación de una amplia industria auxiliar y un clúster, por no hablar del empleo. Éstas y otras forman parte de la tarjeta de visita que el sector ofrecerá hoy al ministro.

El azulejo no está acostumbra­do a reclamar y ha protagoniz­ado profundas transforma­ciones, siempre con recursos propios

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