Javi Guerra saca al Valencia del descenso
El equipo ‘che’ se lleva un encuentro clave a la épica gracias a un gol antológico del canterano, que se estrena en Mestalla por todo lo alto
El Valencia se llevó un partido clave contra el Valladolid (2-1), a la épica, gracias a un gol antológico de Javi Guerra. El canterano se estrenó en Mestalla por todo lo alto, con un disparo al ángulo que desató la locura en el coliseo de la Avenida de Suecia. Después de una primera parte nefasta, el equipo dirigido por Rubén Baraja tiró de casta, personalidad y coraje en la segunda para voltear el marcador, saliendo del descenso por la puerta grande y contra un rival directo. La afición, que dio una exhibición de época con 42.023 almas copando las gradas, despidió a sus jugadores entonando un estruendoso «sí se puede» .
El partido no pudo empezar peor para el Valencia. Mouctar Diakhaby perdió la pelota siendo el último hombre y Cyle Larin le robó la cartera para quedarse solo ante Giorgi Mamardashvili.
Le costaba a los de Baraja meterse en el encuentro, muy dubita
tivos en la toma de decisiones y con exceso de toques en la construcción, ante un Valladolid que se sentía cómodo y que optaba por mantenerse fuerte en la presión y esperar a otro error de los locales. Mestalla se impacientaba: sonora pitada al descanso por la nula propuesta y personalidad ofrecidas.
La segunda mitad arrancó marcada por la bronca y con un Valladolid perdiendo tiempo en cada acción con la connivencia del colegiado. Lo intentaba en todo caso y, finalmente, lo consiguió gracias al testarazo de Diakhaby, que se redimía del error ajustando al poste su remate y con la inestimable ayuda de Jordi Masip, que se la comió. Las 42.000 gargantas enloquecían al son de un atronador «a por ellos» . Y el equipo lo captó atacando con fuerza, pero también exponiéndose (Joaquín Fresneda dio en el larguero).
El cronómetro corría y el nerviosismo aumentaba. La actitud era buena, pero la selección de pase no siempre lo era, lo que cortocircuitaba la mayoría de acercamientos al último tercio. Insistió hasta la obra de arte de Javi Guerra. Se marchó de dos y, desde lejos, la puso en la escuadra.