«Nos hemos marchado a Andorra»
El Hospital General de Castelló cuenta con una plantilla de anestesistas superior a la treintena, pero acumula casi una decena de plazas sin cubrir al haber personal de baja u otros que se han marchado. Es el caso de un matrimonio de facultativos que han decidido hacer las maletas y marcharse a Andorra en busca de una mayor estabilidad laboral y mejores condiciones, ya que durante años solo han podido encadenar contratos temporales sin dejar de ser interinos.
«Me licencié en Medicina en el 2004, fui médico interno residente de anestesiología entre el 2005 y el 2009 y adjunto, desde dicho año, en el General encadenando contratos temporales, sustituciones e interinidad, hasta la fecha», señala uno de estos facultativos que ha decidido marcharse, al tiempo que explica que esta situación es muy similar a la de su compañera.
Tiene claros los motivos que les han llevado a tomar esta decisión: «La inestabilidad de los contratos y las pocas posibilidades de conseguir una plaza fija en Conselleria». «Desde el 2009 solo se han convocado tres concursos-oposición para optar a una plaza fija con unas 250 plazas en total en estos 14 años. Además, las convocatorias son de dudosa transparencia y a pesar de las protestas de los profesionales, sigue siendo igual».
«Tenemos una excesiva carga de trabajo desde la pandemia, con un aumento de las listas de espera y la presión asistencial, sin incremento de los facultativos ni mejora de las condiciones. Desde el 2020, cada vez estábamos haciendo más guardias de 24 horas, horas que no cotizan para nuestra jubilación, llegando a un número mensual de guardias difícil de aguantar, comprometiendo la conciliación familiar y aumentando el malestar del todo el equipo de anestesiología, patente en el trabajo de cada día», señala este facultativo desde Andorra, donde se encuentra ya trabajando. «Esta situación, sumada a las diversas bajas de compañeros en el último año, nos hizo plantear la posibilidad de cambiar de hospital, dado que por desgracia las condiciones no parece que vayan a mejorar, al menos a medio plazo», remarca.
«No nos hemos ido en busca de una mayor remuneración, sino buscando una mejor calidad de vida para nosotros y nuestra familia, y tras valorar varias opciones, venir a Andorra nos pareció la mejor, con un servicio de anestesiología más proporcionado a la carga asistencial y un contrato más estable», detalla.
«Tenemos una excesiva carga trabajo desde la pandemia, con mayor presión asistencial»