Detectan las ‘huellas’ de estrellas primitivas
Hallan en nubes de gas las firmas químicas de los astros primigenios
La historia de las primeras estrellas de nuestro universo se parece, y mucho, a la de una rock star. Nacieron de la nada, se convirtieron en algo súper masivo y murieron repentinamente dejando a su paso una poderosa huella que serviría para inspirar a las generaciones posteriores. En el mundo de la astrofísica, de la misma manera que ocurre en el de la música, para comprender lo que nos rodea es imprescindible entender de dónde venimos. Por eso mismo es tan importante lo que leerán a continuación: un equipo de astrónomos europeos ha logrado captar las huellas que dejaron las primeras estrellas de nuestro cosmos.
Para entender la importancia de este descubrimiento hay que dar un paso atrás y viajar ni más ni menos que unos 13.500 millones de años atrás en el tiempo. Por aquel entonces, el universo todavía estaba en pañales (es decir, apenas tenía entre un 10% y un 15% de su edad actual). Fue entonces cuando, en medio de tanta oscuridad, nacieron las primeras estrellas. Se trataba de astros muy sencillos (solo compuestos de hidrógeno y helio) pero que eran cientos de veces más masivos que nuestro propio sol.
Estas primeras estrellas siguieron la filosofía de live fast, die young ( vive rápido, muere joven). Primero brillaron con mucha intensidad y después, en el apogeo de su juventud, explotaron en poderosas supernovas y se apagaron para siempre. La explosión de las primeras estrellas acabó generando elementos químicos más pesados (como el carbono, el oxígeno y el magnesio que recubría su capa más exterior) que, a su vez, se quedaron impregnados en las nubes de gas que por aquel entonces ya existían en el universo.
El hallazgo presentado ayer en la revista Astrophysical Journal es justamente esto. Gracias al Observatorio Europeo Austral (ESO), un equipo internacional de astrónomos ha conseguido detectar la firma química que dejó la explosión de las primeras estrellas del universo en tres nubes de gas muy distantes. «Es la primera vez que se ha podido identificar la huella química de estas explosiones», explica Andrea Saccardi, del Observatorio de París (PSL) y primer autor de este trabajo.
Los restos de estas estrellas son, además, unas verdaderas reliquias del Big Bang.