«Es un honor y todo un privilegio, pero una gran responsabilidad»
Elías Vilarroig pone en valor la tradición, la cultura y la devoción mariana en Castelló
Como presidente de la Real Cofradía del Lledó, Elías Vilarroig siente un gran orgullo por volver a ser el máximo representante de las fiestas del Lledó. «Como hijo de Castelló, ella es nuestra protectora, nuestra luz y guía, nuestra esperanza y consuelo, nuestra auxiliadora. Ella es nuestro principal vínculo como pueblo. Ella representa el amor que todo hijo tiene a una madre y la Mare de Déu es la Madre de Castelló. Nuestra Madre. La Nostra Patrona!», son las palabras con las que el presidente define a la Lledonera. Para Vilarroig, presidir la Real Cofradía del Lledó es «un honor y un privilegio, de enorme responsabilidad por todas las obligaciones, responsabilidades y preocupaciones que ello conlleva, pero también supone la satisfacción de vivir una experiencia única, un peregrinaje de reflexión y de proximidad a la virgen».
LA LABOR
En la actualidad, la Real Cofradía del Lledó cuenta con más de 4.000 cofrades y con Junta de Gobierno compuesta por un total de 52 miembros, 26 hombres y 26 mujeres. Todos ellos están volcados en una relevante
misión. Así, según explica Vilarroig, «como se indica en los estatutos, el principal cometido de la Cofradía es fomentar la devoción y el culto a la virgen María en su advocación a Nuestra Señora del Lledó, contribuyendo y colaborando a darle el mayor esplendor y decoro de culto en su Santuario, y dándola a conocer tanto en su ciudad como fuera de la misma».
Para ello «se organizan diferentes celebraciones de culto durante el año, tanto en la basílica como fuera de ella. Allá donde se venere a la Mare de Déu del Lledó se promueve y colabora en el apostolado y obras de caridad; se programan actividades de
formación religiosa y, entre tanto, se lleva a cabo la organización de la festividad de nuestra patrona y de aquellos actos que sirvan para resaltar esta celebración, que son muchos».
El presidente destaca, especialmente, «la labor extraordinaria realizada este último año, en el que se ha organizado la celebración del centenario de su patronazgo, tras su proclamación canónica por parte del Papa Pío XI, el 8 de noviembre de 1922, reconocimiento que confirmó el sentimiento que tenía todo el pueblo de Castelló desde siglos atrás». Según explica Vilarroig, «este nombramiento canónico como patrona motivó la petición para su coronación, que fue concedida por el mismo Papa, realizándose la ceremonia con plena solemnidad el 4 de mayo de 1924 en la plaza de la Independencia». En base a estos acontecimientos, «el obispo Casimiro López ha solicitado Indulgencia Plenaria y la declaración de Año Jubilar, el cual dará comienzo el primer domingo de mayo del presente 2023, coincidiendo con el día grande de las presentes fiestas en honor a nuestra patrona, hasta las siguientes fiestas que se celebrarán de manera extraordinaria en 2024 con motivo del centenario de su coronación», concluye.
«Es un peregrinaje de reflexión y de proximidad a la Lledonera