Un gol de Koné en el 91’ activa el modo ‘play-off’
El Castellón encarrila el pase a la promoción con una victoria a última hora contra la SD Logroñés
Víctima de la expectativa que él mismo generó, el Castellón necesitaba un guiño del fútbol para encarar con el ánimo adecuado el objetivo del ascenso por la vía larga del play-off. No terminaba de activar el modo de la ilusión, enfadado con la realidad que le niega ser campeón, hasta que ayer, en el minuto 91, encontró el gol. En ese momento, del campo a la grada y de la grada al campo, algo nuevo germinó. El 1-0 agónico de Koné sirvió para tumbar a una digna SD Logroñés y encarrilar al CD Castellón (tercero con siete puntos de margen con los perseguidores a falta de tres jornadas) hacia el desafío conjunto e inmenso de la promoción.
En Castalia se jugó un partido imposible de ver en septiembre y habitual en mayo. En septiembre todo el mundo tiene ganas de agradar, todo el mundo está fresco y todo el mundo se atreve. Lo definitivo todavía se ve lejísimos en septiembre. Pero en mayo el paisaje es muy diferente. En mayo todo el mundo está cansado, todo el mundo tiene arrastra algún golpe y todo el mundo anda con miedo a equivocarse. En mayo asoma lo definitivo y nada hay tan definitivo como la muerte.
En septiembre se juega y en mayo se compite. Castellón y Logroñés saltaron al verde con la clasifi
cación en la mente. Ambos priorizaron de entrada el control frente al desparrame y el primer tiempo fue un largo tantearse. La primera acción digna de llamarse ocasión se produjo en el minuto 45, cuando De Miguel empaló alto un buen centro de Koné.
De inicio, Albert Rudé había dado continuidad al once que ganó la semana anterior, con la única novedad de Salva Ruiz por Diori en el lateral izquierdo. Sin embargo, el dominio en el primer tiempo y al menos en cuanto a sensaciones correspondió a los visitantes. La SD Logroñés, aseada desde la salida, se desplegó por el campo apoyada en las victorias en los duelos individuales. El Castellón se vio sometido durante algunas fases, poniendo a prueba la paciencia del respetable.
Los albinegros no enloquecieron y voltearon el pulso a través de algunos ajustes. Rudé escalonó a Cubillas y De Miguel en la presión y los riojanos ya no salieron tan fácil. Ayudó también el cambio de banda entre Koné y Fabrício, que empezaron a achatar a sus pares. Solo el brazo rápido del asistente frenó un par de desmarques más que interesantes.
Con todo, la igualdad era evidente y palpable.
ACELERÓN El segundo tiempo arrancó por el lado salvaje. En el primer minuto, el meta Jero intervino para negar el gol a Manu Sánchez, Salva Ruiz y Fabrício en una secuencia de paradas y remates. El Castellón se subió a la ola del rock&roll aceptando los peajes. Percutió sumando córners y faltas laterales, pero la siguiente ocasión fue visitante. En el minuto 56, el exorellut Pablo Monroy adivinó un regate de Koné y cruzó un disparo que desvió Alfonso a córner.
A la hora de juego movieron el banquillo los entrenadores. Rudé
mediapunteó relevando a Cubillas por Kochorashvili y añadió picante a la banda con Jeremy, que una siempre hace (spoiler). El Castellón siguió creciendo asumiendo sus características y sus limitaciones, pero siempre levantada la frente.
El 1-0 lo marcó Koné porque lo intentó más que nadie. Estuvo en el minuto 77, acelerando la mejor acción trenzada de la tarde: luego
De Miguel conectó con Kochorashvili que definió sin precisión, al límite. Estuvo también Koné en la del minuto 85: otra combinación, ahora en largo, con el cambio de orientación de Granero, el centro combado de Cristian y el fallo de Koné en el remate.
Parecía entonces que se escurría otra ocasión, con el albinegrismo esperando ese momento que todo lo cambiara y que últimamente (Nàstic, Calahorra...) se resistía a aparecer. Al final el 1-0 fue el premio a los perseverantes. Ya pisando el tiempo de prolongación el equipo se tiró como un grupito de pirañas en la presión tras pérdida. La pelota se la quedó Jeremy de León, que avanzó y abrió la jugada al flanco izquierdo, donde Cristian templó el centro al área y Koné acertó con la testa en un instante de esos que tiene lo tangible y lo intangible. Lo tiene todo. Un gol de los importantes.