Cuatro años y medio por violar a otra enferma mental en el Provincial
El tribunal reprueba la falta de vigilancia en el centro y lo obliga a pagar la indemnización Ni el vigilante ni los sanitarios ni las cámaras advirtieron la entrada a la habitación
La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a cuatro años y medio de prisión por un delito de agresión sexual --con la eximente incompleta de anomalía psíquica- a un hombre de 46 años que violó a una compañera de la unidad de salud mental del Hospital Provincial de Castellón, en el que ambos estaban ingresados.
La sala le prohíbe aproximarse a menos de 500 metros de la víctima, su domicilio, su trabajo o cualquier lugar donde se encuentre durante cinco años, así como comunicarse con ella por cualquier medio durante el mismo periodo. La sentencia no es firme y contra ella se puede interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat.
El hombre deberá indemnizar a la mujer, que tenía 26 años en el momento de los hechos, con 3.000 euros por los daños morales. La sentencia declara responsable civil subsidiario de dicha indemnización al centro sanitario, ya que considera que «la vigilancia sobre los pacientes no fue la adecuada» debido a que el condenado salió de su habitación y en
tró en la de la víctima «sin que el personal se diese cuenta de ello».
Los hechos, acaecidos en febrero del 2019, cuando el condenado, ingresado en la Unidad de Salud Mental del Hospital Provincial, trabó amistad con la víctima, también interna en el centro.
LOS HECHOS Según recoge la sentencia, la noche del 5 al 6 de febrero del 2019 el procesado entró en la habitación en la que se encontraba ingresada la perjudicada y aprovechó su discapacidad para mantener relaciones sexuales con ella sin su consentimiento, pese a la resistencia que opuso.
La resolución añade que, pese al sistema de vigilancia con cámaras de seguridad situadas en los pasillos, personal sanitario y guar
dias de seguridad, nadie se dio cuenta del acceso del procesado a la habitación de la mujer y fue ella misma la que tuvo que acudir al mostrador de control de enfermería para contar lo ocurrido.
Durante el juicio, el primero en declarar fue el acusado, quien, al igual que la denunciante, tiene diagnosticada una esquizofrenia. El hombre aseguró que las relaciones fueron consentidas. «Me echó piropos y empezó mi relación con ella. Pasé por su habitación, me bajó el pantalón, me la chupó y me acosté con ella», aseguró.
La mujer no declaró al estar incapacitada a nivel legal, por lo que fue su tutora, su madre, la que declaró. «Me contó que estaba dormida y que él se puso encima de ella, forcejeó y consumó», dijo.