El Periódico Mediterráneo

Sánchez y Feijóo se desafían este 28M para decantar las generales

La implicació­n del presidente y del líder popular convierten la campaña en una cuestión nacional El jefe del Ejecutivo echa mano de su agenda internacio­nal para sacar pecho ante el gallego

- M. HERNÁNDEZ P. ESTEBAN MADRID

Una parte de la historia política de este país, por dónde discurrirá­n los próximos meses y se encaminará la siguiente legislatur­a, empezará a escribirse con lo que suceda en las elecciones autonómica­s y municipale­s del 28 de mayo. Una fecha destinada a alumbrar una senda, una línea que conduce a las generales de finales de año. A expresar de nuevo a dónde quieren los españoles que se dirija el país, a defenestra­r presidente­s y alcaldes y aupar a otros distintos, a medir la resistenci­a del PSOE, la fuerza del PP, la pervivenci­a de Podemos y el aguante de Vox. Pero también a discernir si hay una tendencia que favorece a Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo.

Por eso hoy el calendario no marcará el comienzo solo de una campaña sino de dos. La primera es la oficial, la que enfrenta a miles de candidatos en autonomías y ayuntamien­tos. La segunda discurre en otro plano y la protagoniz­an exclusivam­ente el presidente del Gobierno y el líder de la oposición. El 28M es singular por muchas razones, porque son las elecciones autonómica­s más nacionales que se recuerdan, las más reñidas, el colofón a una legislatur­a atípica con una pandemia y una guerra en Europa, que ha elevado la inflación a índices que ni se recordaban, pero también porque Sánchez y Feijóo están implicados hasta el tuétano, con la vocación de causar al otro el mayor daño político posible y despejar así quién ocupará la Moncloa a partir del año que viene.

LUCHA ENCARNIZAD­A El duelo personal que comenzó después del pasado verano, cuando el PSOE comprobó que el nuevo dirigente nacional del PP se ponía por delante en las encuestas, entra estos 15 días en una fase de gran relevancia. Tanto el PSOE como el PP quieren decantar ya lo que sucederá en las generales. Si en diciembre hay o no un cambio de ciclo político en España. Nada asegura que la clarividen­cia del 28M llegue a este extremo pero la lucha para que así sea es encarnizad­a.

En septiembre los socialista­s hicieron la reflexión de que debían frenar a Núñez Feijóo porque

su llegada había revaloriza­do la marca del PP y porque su perfil moderado y su experienci­a en Galicia lo convertían en presidenci­able. Una de las personas que participó en ese debate relata que se dieron cuentan de que al dirigente gallego, utilizando un símil taurino, «había que picarlo para ver si era bravo o manso».

En ese propósito de «desmontar» a su adversario sigue instalado el presidente del Gobierno, aunque eso suponga convertir el 28M en una pugna nacional. Sánchez está personalme­nte volcado en la campaña. Lleva 18 mítines desde Semana Santa y le quedan como mínimo otros 13. Mientras alguno de sus compañeros, a partir de la pasada medianoche, realizaba el nostálgico acto de la pegada de carteles, él habrá aterrizado en Washington para mantener el esperado encuentro con Joe Biden. A su vuelta, estrenará la campaña en Sevilla, donde los socialista­s dan por hecho la continuida­d de su alcalde, Antonio Muñoz.

Feijóo, a pesar de tener una concepción autonomist­a de la política y haber dado libertad a sus barones para organizars­e, ha terminado también por volcarse co

mo si se trataran de unas elecciones generales. En el partido asumen con total claridad que este 28 de mayo actúa como una primera vuelta y el líder del PP tiene la primera prueba de fuego.

MARCAR LA AGENDA Porque las elecciones autonómica­s y municipale­s se juegan en muchos ámbitos pero uno de los más importante­s es la Moncloa. El presidente ha puesto la acción del Ejecutivo al servicio de la campaña electoral con dos objetivos muy claros. Que decisiones como las que gota a gota se han anunciado estas semanas sobre vivienda, jóvenes o ayer mismo contra la sequía, ayuden a sus barones, alcaldes y aspirantes. Y para librar cuerpo a cuerpo la batalla con el PP de cara a las generales. Desde hace días tanto en el Gobierno como en el partido defienden que son ellos los que tienen la iniciativa –«Ganamos 20 a 0», aseguraba esta semana una ministra– que han impuesto su agenda a los populares y que han conseguido que se hable de lo que ellos quieren y les interesa. De hecho, ven en la recuperaci­ón de temas como ETA un síntoma de la debilidad del PP que, explican, se ha visto obligado a recurrir de nuevo a este asunto para «pasar a la ofensiva». Sostienen los socialista­s, justo cuando empieza la campaña, que lo mejor para ellos sería que acabara ya, de los seguros que están de ir por delante.

Pero la creencia en Génova, incluso tras conocer el CIS de ayer, que sitúa al PSOE a 4,4 puntos de ventaja en voto municipal, es que esta previsión no se cumplirá y serán la fuerza más votada en casi todos los territorio­s. De no ser así, tampoco lo esconden, las cosas se volverán muy complicada­s mirando a las generales. La marca de Feijóo es la que se examina con la excepción de Isabel Díaz Ayuso en Madrid o Juanma Moreno en las municipale­s andaluzas. Las autonómica­s y municipale­s de 2019 fueron desastrosa­s para el PP de Pablo Casado, aunque el partido venía de una debacle mayor un mes antes: las generales de los 69 diputados. Feijóo necesita romper ese recuerdo, volver a una victoria municipal amplia y consolidar el mensaje de que hay cambio en España con su liderazgo, justo lo que Sánchez está empeñado en evitar. Nadie esconde en el PP que su líder «se juega mucho».

Los socialista­s ven una buena señal que el PP recurra a ETA y aseguran que es un síntoma de su debilidad

 ?? JOSÉ LUIS ROCA ?? Feijóo mira al presidente Sánchez en uno de sus enfrentami­entos en el Senado, el pasado septiembre.
JOSÉ LUIS ROCA Feijóo mira al presidente Sánchez en uno de sus enfrentami­entos en el Senado, el pasado septiembre.

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