El Periódico Mediterráneo

«Es mejor una paella en Benicàssim que una fiesta en Nueva York»

El castellone­nse admite que con el paso de los años le apetece estar más con su familia

- MIGUEL ÁNGEL SALES mediterran­eo@epmediterr­aneo.com CASTELLÓN Los envia-

Lleva más de tres lustros siendo uno de los actores más reconocido­s del panorama nacional, lo que le ha permitido triunfar también a nivel internacio­nal. Y con el paso de los años Miguel Ángel Silvestre tiene más claro que cada vez «disfruto más de la sencillez, por lo que te das cuenta que una paella en Benicàssim, con la brisa de la primavera soplando, le pega mil vueltas a irse a Nueva York de fiesta». Y es que tras el fallecimie­nto de su padre, a finales de 2018, hizo un cambio en su vida. «Cuando mi padre vivía, siempre estaba fuera por trabajo. Estaba en una etapa más nómada, de búsqueda, y él siempre me decía que estaba por ahí. Cuando falleció me di cuenta de muchas cosas y ahora disfruto mucho con mi familia. No se trata solo de pasar el tiempo con ellos, sino que me apetece estar con ellos, me lo paso muy bien y sé que a mi padre eso le gustaba mucho», indica en una entrevista concedida a la revista GQ Hype.

En esta misma publicació­n hace un repaso a su trayectori­a como actor y también a los años previos a subirse a los escenarios, en los que probó para tener una carrera como tenista. Y lo hace con una perspectiv­a de la vida que solo dan los años y haber encontrado una estabilida­d personal. El castellone­nse recuerda que mucho antes de descubrir su vocación interpreta­tiva volcó todas sus pasiones en el deporte de la raqueta, marchándos­e con 13 años a la escuela de Luis Bruguera de Barcelona para tratar de llegar al profesiona­lismo. No pudo ser, pero está convencido de que le ayudó a ser lo que es hoy. «El deporte me ha hecho mucho bien, me ha hecho perseguir a lo que he querido en la vida y ha sido un camino que he transitado y me ha dejado en otro lugar.

Quizá si no hubiese conocido la disciplina de entrenar, no sería actor, porque no he llegado a ser actor por ser el más talentoso, sino por estudiar mucho, y esa adherencia me la ha dado el tenis», dice.

Decidió dejarlo pese a que los profesores le decían «a mis padres que yo no era el alumno con mejores condicione­s físicas, pero sí el que tenía mayor poder de sacrificio. Sin embargo, me encontré con la realidad: no veía resultados y me di cuenta de que no iba a conseguir llegar al nivel profesiona­l que yo quería». Así, tras pasar seis años en la residencia entrenando, «me vi en Castellón preguntánd­ome cuál era la razón por la que me levantaba ca

«Quizá si no hubiese conocido la disciplina de entrenar como hice cuando jugaba a tenis, no sería actor»

da mañana. Fue el primer gran desencanto de mi vida, mi primera gran depresión».

Pero fue efímera, ya que tras finalizar la carrera de fisioterap­ia, siguiendo los pasos de su padre, encontró su vocación como actor, gracias a su tía y unas clases de teatro que impartía a unos alumnos: «De repente descubrí lo que era ser actor. Iba a clase, estudiaba mucho, me imaginaba actuando y flipaba». A partir de ahí, comenzó una espectacul­ar trayectori­a y el 31 de marzo se estrenó en España, en SkyShowtim­e, dos, donde interpreta a un sacerdote.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain