Intenso y excitante primer día de ‘bous al carrer’ por Sant Pasqual
La jornada se ha caracterizado por la ausencia de incidentes, aunque no estuvo exenta de sustos Pese a la lluvia, la afición ha tomado las calles desde el encierro a las exhibiciones vespertinas
El maratón de exhibiciones que la Junta de Festes y la Comissió del Bou planteó para inaugurar ayer el cartel taurino de Sant Pasqual en Vila-real acabó de la mejor manera posible, más allá de valoraciones particulares --que siempre las hay-- sobre la calidad y la bravura de los toros que salieron a la calle durante todo el día, sin incidentes reseñables, con un parte sanitario limpio y la satisfacción general.
El día tuvo de todo, una competencia feroz --la del determinante partido del Villarreal--, más de un susto, peligro --siempre lo hay-- lluvia, algún revolcón y momentos brillantes en los que se lucieron los rodaors y los toros de Julio de la Puerta a los que, de poder reprocharles algo sería que, después de correr el encierro, escogieran replegarse el resto del día sobre la arena, pues tanto los de la mañana como los que salieron por la tarde, rehuyeron en mayor o menor medida el asfalto, por lo que el espectáculo quedó reservado para quienes se concentraron en el entorno de los corrales.
El público concentrado en ese pequeño coso urbano fue testigo de la honestidad de unos animales que, salvo momentos puntuales, en los que no perdieron de vista los estímulos que los rodeaban,
atendían a la llamada y favorecían el lucimiento a pelo o con el capote de los que no temen el contacto, de hecho lo buscaron bastante, y quien juega con fuego puede acabar mordiendo el polvo, como su
cedió con el tercero de la tarde, aunque quedó en revolcón.
El encierro ya fue una advertencia. La nobleza de estos monumentales animales no es cosa de broma y no se puede bajar la guar
dia ni un instante, porque un tropiezo o un giro inesperado pueden tener graves consecuencias. Ayer no las tuvieron y la fiesta acabó como debe hacerlo, para satisfacción de quienes la viven.