La cerámica aspira a tener una mayor presencia en el pavimento de las calles
Desde el ITC detectan un aumento de estos materiales en los espacios públicos Las posibilidades de las baldosas permiten la creación de espacios únicos y reconocibles
La innovación de la industria cerámica de Castellón permite que este tipo de materiales no estén relegados a cocinas o baños de las casas. Desde hace años, la mejora de las técnicas de producción ha hecho posible que los azulejos y baldosas estén en todo tipo de entornos. Y no solo en espacios de interior. Una de las posibilidades es la presencia en proyectos de obra pública, que permiten crear espacios emblemáticos, como fue el Ágora de la UJI, que resultó pionera y que este año cumple dos décadas.
El coordinador del área de Hábitat del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE), Javier Mira, señala que en los últimos años «estamos asistiendo a un progresivo aumento de las instalaciones de pavimentos cerámicos en aceras, urbanizaciones y espacios públicos como plazas y paseos».
Castelló capital cuenta con varios ejemplos, como la remodelación de la Ronda Magdalena y, en pocos meses, con la renovación de la plaza La Paz, donde la cerámica tendrá un papel relevante.
Para Mira, el motivo para la elección de este material está en «las posibilidades de personalización», mediante el uso de colores y formas, algo de lo que carecen otros elementos. A eso se suma «la adaptación a cualquier entorno o la resistencia a agentes químicos».
REQUISITOS Eso sí, las baldosas en el exterior no pueden ser como las de un hogar: tienen que ser antideslizantes y tener un espesor que las haga resistentes. «También ha tenido una contribución notoria
la evolución en los métodos de colocación», apunta Mira.
Uno de los casos más emblemáticos se encuentra en el premiado paseo de Poniente de Benidorm, cuyo pavimento está formado por baldosas de diferentes colores, que ayudan a dar personalidad a este espacio. «El ITC-AICE colaboró
con los arquitectos Carlos Ferrater y Xavier Martí para la selección de las baldosas cerámicas», detalla. Fue un proceso exitoso, pero no exento de desafíos, «ya que las características necesarias del material eran realmente exigentes. Aparte de presentar un comportamiento mecánico adecuado, debía ofrecer una resistencia al deslizamiento acorde con un entorno con gran humedad debido a la proximidad del mar. Por otra parte, la cercanía de la arena de la playa era especialmente delicada por la agresividad que suponía para la reducción de las propiedades antideslizantes del pavimento».
En estos momentos se trabaja con la elaboración de pavimentos permeables, que pueden dar grandes posibilidades al entorno urbano. Una apuesta que tuvo como primer (y premiado) ejemplo un tramo de la calle Torre Sant Vicent de Benicàssim. El proyecto permite que el agua de lluvia pase a un depósito inferior, y su aprovechamiento para usos como el riego de zonas ajardinadas. Javier Mira detalla que ahora «trabajamos en el desarrollo de unas piezas prensadas con relieves que incrementarán la estabilidad dimensional de los módulos permitiendo la posibilidad de nuevos aparejos además de incrementar la permeabilidad» en la vía pública.