La pieza más codiciada
Pedro Sánchez y Núñez Feijóo no tienen nada que ver con la Comunitat. Ninguno de los dos se presenta a president de la Generalitat. Pero el 28 de mayo los dos se la juegan. Es un mantra que ha calado entre la ciudadanía en un escenario de autonómicas y municipales a modo de plebiscito sobre la figura del presidente del Gobierno. Y los dos se están empleando a fondo. Dentro de esa pugna que mantienen PSOE y PP por el control del voto, la Comunitat tiene un especial protagonismo. Es la pieza más codiciada, donde puede empezar o acabar un ciclo.
El empate técnico entre los bloques de izquierda (PSPV, Compromís, Podem) y de derechas (PP, Vox) ha movilizado a lo mejor de cada partido. Presencia de buena parte del Ejecutivo socialista, con escaso entusiasmo por parte del PSPV, dicho sea de paso; con la reciente visita de Sánchez a Castelló y la del sábado en el mitin de la Ciudad de las Artes de València; y de cargos del PP con Feijóo al frente, que abre y cierra campaña en el cap i casal, además de estar presente en el gran acto del domingo en la plaza de toros de València.
PSOE y PP buscan en este primer envite de las generales de diciembre el poder en la Comunitat. Un tercer Botànic con Ximo Puig de president significaría un reconocimiento a su gestión de estos últimos ocho años, pese al incesante ruido que provoca a nivel nacional el gobierno de coalición y el desgaste de las siglas PSOE. La victoria del PPCV de Carlos Mazón supondría un correctivo para Sánchez y el primer trampolín en el camino de Feijóo a la Moncloa.
Un par de claves para el 28M. Unidas Podem-EU tiene que superar el 5% de los votos para entrar en Les Corts, y muchos sondeos los sitúan al límite. Si los de Héctor Illueca se quedan fuera del Par
lament, un tercer Botànic corre serio peligro. De ahí la constante presencia en tierras valencianas de las ministras Ione Belarra e Irene Montero; y la de su principal activo, Yolanda Díaz, que estará al lado de Illueca el día 24 en Alicante.
La otra clave corresponde a Vox. El PP está convencido de que el viento sopla a su favor y ganará las elecciones. Pero una cosa es ganar y la otra gobernar. Mazón tira de manual y dice que su objetivo es gobernar en solitario, pero necesitará sí o sí del apoyo de Vox, dentro o fuera del Consell. El PP depende del avance en las urnas del partido de Abascal, que suspira por ser la tercera fuerza por delante de Compromís. De ahí que si los podemitas no entran, la responsabilidad recae en los de Joan Baldoví, quien consciente de ello ya marcó el objetivo en la precampaña cuando dijo que aspira a «sacar mucha distancia» a Vox.