Un facultativo inglés en un centro de salud de Castelló
En los últimos años se habla de la fuga de talento, es decir, de médicos que una vez formados, con un coste cercano a los 250.000 euros para el sistema público, deciden hacer las maletas y marcharse a ejercer al extranjero en busca de mejores condiciones laborales, sobre todo, a nivel salarial y de estabilidad en lo que respecta al contrato. Es verdad que algunos se marchan, pero también los hay que se inclinan por venir aquí.
Es el caso de Samuel Carey, un inglés de la zona de Windsor que llegó hace casi una década a la Comunitat para estudiar Medicina con una conocimientos básicos de castellano. Tras acabar la carrera decidió quedarse en tierras valencianas y ahora ha elegido hacer su residencia formativa en el centro de salud Rafalafena de Castelló.
Siempre tuvo claro que quería ser médico de familia, a pesar de ser una de las especialidades menos atractivas para los jóvenes facultativos que optan más por otras a nivel hospitalario. «La gente desconoce realmente lo que se hace en esta especialidad y opta por otras», explica este médico de 29 años.
«Me gusta hacer un poco de todo, no tener siempre el mismo perfil de paciente, como sucede en un hospital. Tener mi cupo de pacientes y poder ver todo tipo de patologías», señala Carey.
Para intentar captar a más facultativos para Medicina Familiar y Comunitaria, Carey considera que hay que «venderla» mucho mejor, «porque a muchos de ellos les termina gustando cuando la conocen de cerca».
Ante los problemas de saturación que sufren los centros de salud, este MIR estima necesario llevar a cabo una mayor educación sanitaria entre los ciudada
nos, especialmente teniendo en cuenta la «explosión» que ha habido en la demanda asistencial después de la pandemia. «Se debería educar a la población sobre cuándo debe ir al médico. Nosotros en Rafalafena utilizamos las redes sociales para dar consejos prácticos de autoeducación sanitaria», detalla Carey.
Este joven médico recuerda que el mejor tratamiento es la prevención y ante la complicada tesitura de si es mejor la sanidad pública en España o Inglaterra, considera que lo es aquí.