La vuelta de Vinicius al territorio hostil de Mestalla, bajo la lupa
La denuncia por insultos al brasileño originó un gran revuelo y el castigo más duro a un club
Vinicius regresa a Mestalla nueve meses después. Allí, el futbolista del Real Madrid recibió insultos y cánticos racistas por parte de unos aficionados, hasta que se hartó y los señaló. El caso adquirió una atención mediática sin igual y el Valencia recibió el castigo más duro hasta la fecha. El Comité de Competición le sancionó con el cierre parcial de la grada durante tres partidos y una multa de 45.000 euros. A las puertas del regreso del brasileño esta noche (21.00 horas, Movistar+), los expertos coinciden: ha cambiado poco o nada.
«Necesitamos es una mayor acción por parte de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte, porque hay muchos campos de fútbol que no tienen la atención mediática que se le prestó a Vinicius, pero los hechos se producen igual», asegura Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia.
Antes de visitar Mestalla, se habían registrado nueve denuncias por insultos racistas al brasileño, de los que solo se concretaron dos condenas. Otros futbolistas negros como Iñaki Williams (su caso, en el estadio del Espanyol, fue el primero con juicio) también han sufrido vejaciones. Para Ibarra, se trata de aplicar la ley: «La legislación vigente es muy contundente al respecto, lo que tienen que hacer es aplicarla y con rigor».
«Se ha trabajado muy poco para que esto no vuelva a suceder», afirma Josep Granados, abogado
especialista en derechos humanos y miembro de SOS Racisme: «No ha habido una puesta en común de los dos clubs entre ellos ni con LaLiga». «Podría haberse convertido en un partido de reivindicación antirracista. La rivalidad puede existir, pero el racismo tendría que ser una línea roja», añade.
POCOS AVANCES Alberto del Campo Tejedor, catedrático de Antropología Social en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, sostiene que «en España se ha avanzado poco porque no se ha hecho nada». «La persecución y expulsión de las personas violentas tiene su efecto, pero es insuficiente», subraya. Vinicius, en ocasiones desa
fiante, ha recibido hostilidades en la mayoría de estadios. «El caso de Vinicius tiene elementos específicos. El caldo de cultivo generado por el ascenso de la extrema derecha en Europa, la sensación de favoritismo hacia los equipos grandes y que algunos comportamientos del jugador resultan ofensivos para las otras aficiones», analiza.
«El éxito de Vinicius despierta el odio de mucha gente. La persona racista tiene estereotipada a la persona negra como el sujeto pasivo; y ve cómo Vinicius mete goles y, encima, se pone a bailar», explica desde el prisma antropológico. «Además, en el fútbol hay una normalización de la violencia verbal y desde siempre ha sido un espacio
de permisividad donde afloran los odios a ciertas minorías». «Evidentemente, esto no justifica el racismo, que hay que perseguirlo y no puede salir impune», apostilla.
RESPUESTA «Los jugadores tienen una respuesta poco solidaria con sus compañeros no blancos que sufren racismo. Son referentes para los jóvenes y, si dieran una respuesta contundente a los casos de racismo, se daría una imagen muy positiva», plantea Granados.
Netflix quería poner cámaras en Mestalla, al estar produciendo un documental sobre el brasileño. El Valencia ha denegado el acceso, alegando protegerse de un relato que no se ajuste a la realidad.