La peña l’Ermita celebra en la Vall su 25º aniversario con dos ‘bous’
La participación de esta agrupación de aficionados es un clásico en Sant Vicent La comisión confirma la evolución favorable del herido del sábado: «Hay buenas noticias»
Hace 25 años, la peña l’Ermita patrocinó el primer toro en las fiestas patronales de Sant Vicent de la Vall d’Uixó. Tras ese llegarían muchos más, en la constatación del compromiso de este grupo de aficionados que ha podido experimentar muchos cambios, pero no ha dejado perder su cita con esta programación.
Así lo destacaba ayer el presidente de la comisión de fiestas, Carles García, quien comentaba que el trabajo de las peñas hace posible que las patronales puedan presentar un cartel taurino como el de este año, que ayer incluyó la exhibición de dos toros de l’Ermita. Era una jornada especial y como tal quisieron demostrarlo.
Pareció que los animales lo supieran, porque el primero, un ejemplar de Domínguez Camacho, de nombre Verdulero, apenas se alejó unos pocos metros de la calle desde la que, tradicionalmente, realiza sus salidas esta peña. De hecho, cuentan en ella con sus propios toriles, hasta ese punto llega su implicación.
El astado siguió a los rodaors cuando quiso, y tuvieron algunas ocasiones para medir su temple y la bravura del toro. Aunque estuvo más predispuesto al espectáculo el segundo, de Los Maños.
Matón llevó el festejo hasta la placeta de Sant Vicent, donde sin arena (retirada para los actos religiosos del domingo y el lunes, y que volverán a extender el próximo sábado) y sin la icónica excavadora frente al templo que la preside los días de bous al carrer, hubo más ocasiones para el lucimiento de quienes buscaban la cercanía de los pitones, a los que el de Los Maños no les quitaba ojo.
El resultado final, por tanto, es que la afición disfrutó y la peña l’Ermita vivió su día grande de la mejor manera posible, con dos ejemplares bien presentados, que dieron juego, y no se produjeron incidentes. Jornada redonda.
RECUPERACIÓN Con el primero de la tarde en la calle, Carles García dio «una buena noticia», la de la evolución positiva del herido en el segundo toro del sábado que, pese a la gravedad de la cogida, se recupera de las heridas y lesiones.
Ayer, por tanto, fue un buen día.
La jornada se completó con un embolado (al cierre de esta edición), uno que en primera instancia no estaba previsto en el programa preparado y que la comisión anunció cuando apenas faltaba una semana para el inicio de las fiestas, al mismo tiempo que sustituían el de Zalduendo que habían comprado para estrenar fiesta y temporada. El ejemplar de Montalvo lo ofreció la comisión.
La de hoy podría definirse como una jornada de relax entre el fin de semana más intenso de las patronales y el remate final, que tendrá su primera cita mañana, con el empedrao popular que vuelve a la plaça de l’Assumpció, como en las últimas ediciones. La organización considera que es el espacio más idóneo para una celebración tan multitudinaria, pues está previsto que se reúnan 2.000 personas para comer el plato más típico de la gastronomía local.