El Real Madrid sobrevive a la tortura del Manchester City
Los blancos pasan por penaltis en el Etihad, tras todo el partido encajonado por el City
Si tenía que entregar la corona, habría sido justo que fuese ante este Manchester City que torturó al Real Madrid durante 120 minutos. Porque los de Ancelotti cumplieron la misión: competir y no salir vapuleados como el año pasado. Durante la primera parte llegó, incluso, a ilusionar al madridismo con uno de esos triunfos que ha forjado su leyenda en Europa. Y luego aguantó de pie de forma casi irracional a un equipo que embriaga e hipnotiza con su fútbol y que tiene una fe infinita en lo que hace. Casi tanta como este Real Madrid, que tumbó al campeón por penaltis y que ahora es favorito para recuperar su corona (1-1).
El primer croché lo lanzó Haaland. Respondió el Madrid con un balón largo que bajó Bellingham, la pelota llegó a Vinicius y éste la puso a Rodrygo, que en su segundo remate batió a Ederson. Directo al mentón y el City a la lona. Exigido por la desventaja se estiró el Manchester y lo pasó mal el Madrid. Vinicius dio un par de zarpazos que no terminaron en nada, pero desataron el pánico en la grada. La tensión se masticaba. El duelo era esplendoroso: asedio local y latigazos visitantes. Al descanso se marchaba un Madrid quirúrgico que dejó colgado el esmóquin y cogió el mono de trabajo.
Amaneció la segunda parte con el mismo panorama y Lunin tuvo que sacar dos balones en los cinco primeros minutos. Encajaba el Madrid con la suficiencia de esos boxeadores fajadores que tragan golpes sin inmutarse. Ni un síntoma de que se tambalease.
El asedio encontró premio en una jugada de Doku que Rüdiger no despejó bien y De Bruyne clavó.
Un Madrid apocado se defendía como podía ante la tenacidad ofensiva del City que bailaba a su alrededor sin poder entrar en su distancia. Ancelotti pedía un último esfuerzo para llegar a la prórroga. El asedio se transformó en tortura. Lenta y dolorosa. Se marchaba Vinicius y el Madrid perdía el poco punch que le quedaba. Se abandonaba a su suerte en los penaltis. Falló Modric, pero Lunin se lo detuvo a Bernardo Silva y a Kovacic. Bellingham, Lucas, Nacho y Rüdiger marcaron, metiendo al Madrid en semifinales. Había sobrevivido a la tortura y salía vivo.