Una cascada de cambios que tuvo comienzo a finales del año 2019
La compraventa que ahora ha dado a conocer Vibrantz es el último eco, al menos por el momento, de una gran operación en el segmento de los esmaltes y fritas, y que tuvo como epicentro a Castellón. Fue en diciembre del 2019 cuando anunciaron la adquisición, por parte de Esmalglass, del negocio dedicado a la cerámica de la multinacional Ferro. Esto dio comienzo a una serie de cambios, no solo en la estructura empresarial, sino de nombres. El más importante de ellos fue la aparición del grupo Altadia, que engloba tanto a Esmalglass o Fritta como al antiguo negocio de esmaltes de Ferro. Este último fue rebautizado como Younexa, y supuso desgajar la actividad de su planta de Almassora en dos partes. La que no se dedicaba de forma específica a la industria azulejera se mantuvo en esta localidad, mientras que la parte vinculada a la cerámica estrenó nuevo nombre, Younexa, y se trasladó hasta el municipio de Vall d’Alba.
El otro gran cambio fue la sustitución de la marca Ferro por Vibrantz, algo que ocurrió hace dos años. De hecho, las instalaciones de Almassora ya no tienen rastro de su antiguo nombre. El cambio de denominación llegó cuando Ferro fue adquirida por el fondo American Securities. La unión de esta firma con Prince y Chromaflo dio origen a Vibrantz Technologies, lo que dejó en desuso la marca Ferro hasta su actual venta al grupo indio.
Otro cambio de cromos en el sector también vincula a Vibrantz con el gigante de la impresión digital castellonense Kerajet. A finales del 2022, la multinacional americana vendió su división de maquinaria de decoración digital para vidrio.