Descaro de Colau
Las maniobras politiqueras a las que descaradamente se ha entregado la alcaldesa de Barcelona definen por los hechos su falta de escrúpulos.
Ahora Ada Colau le ha puesto un color adecuado a sus «hazañas», al aprobar iluminar fachadas y fuentes con el color amarillo.
El motivo, dice, es expresar la «indignación, solidaridad y consternación» que sienten los ciudadanos por el encarcelamiento de algunos aislacionistas.
Dado que éstos no han sido encarcelados por sus ideas, que expresan libremente centenares de miles de sus seguidores, sino por haber intentado imponerlas abusando de su cargo, violentando las leyes y queriendo aprisionar la libertad de la mayoría de los ciudadanos, esas luces reflejarán en realidad el triunfo de la justicia y la democracia y el merecido fracaso y castigo de esos traidores, de esos insolidarios amarillos que han conspirado contra nuestro pueblo.