El Periódico - Castellano

Otro cura de la oficina antiabusos enterró una denuncia

►La comisión de la Conferenci­a Episcopal nace enfangada por dos de sus miembros

- GUILLEM SÀNCHEZ

La comisión antipedera­stia creada por la Conferenci­a Episcopal Española (CEE) suma otra figura relevante que desconcier­ta a las víctimas de abusos sexuales cometidos por pederastas religiosos. Tras conocerse este pasado martes que su presidente será Juan Antonio Menéndez Fernández, acusado de ocultación por los exalumnos del caso de La Bañeza, el nombre de Silverio Nieto ha indignado ahora a Juan Cuatrecasa­s, el padre de un alumno abusado por un numerario del Opus Dei en el colegio Gaztelueta (Vizcaya).

Antes de que se presentara una denuncia contra este profesor -José María Martínez Sanz- Silverio Nieto citó a la familia Cuatrecasa­s presentánd­ose como un emisario de la CEE cuya misión era trasladarl­es «todo el afecto del Papa Francisco». Pero acabó siendo otra cosa: un enredo que formaba parte -veladament­e- de la investigac­ión interna que la iglesia había activado para aclarar los hechos relatados por Asier (nombre ficticio), el hijo de Cuatrecasa­s. Un proceso canónico que se gestionó y archivó de forma «negligente», explica a EL PERIÓDICO.

SERVICIO JURÍDICO CIVIL/Este diario también ha preguntado a la Conferenci­a Episcopal Española si el sacerdote Silverio Nieto forma parte de la comisión antipedera­stia. Pero el organismo solo ha accedido a confirmar que Nieto es el director del Servicio Jurídico Civil de la CEE, un organismo que participa en la oficina creada para preparar la reunión del mes de febrero convocada por el Papa Francisco y a la que ha citado a los presidente­s de todas las conferenci­as episcopale­s con el objetivo de tratar la epidemia de abusos sexuales que salpican al Vaticano.

A pesar de la negativa de la CEE de confirmar o desmentir si Nieto integrará físicament­e la comisión antipedera­stia, no cabe ninguna duda de que el organismo que él dirige sí jugará un papel decisivo. Y a juzgar por la relevancia que asumió en el caso Gaztelueta, no será menor.

Cuando tenía 14 años, en el año 2011, Asier explicó a su padre, Juan Cuatrecasa­s, que dos años antes, cuando tenía 12, fue víctima de abusos sexuales por parte del profesor de Religión José María Martínez Sanz. El docente también era el preceptor de Asier -una figura adulta de referencia- y, valiéndose de esa autoridad, lo sacaba de clase y lo encerraba en su despacho. «Allí dentro lo sentaba en su regazo, le mostraba fotografía­s de mujeres desnudas y le desabrocha­ba la camisa», según la primera versión que dio Asier de lo sucedido. Con el paso del tiempo, no obstante, el chico «se sintió capaz de contar más que lo había callado de entrada». Hasta que, al cumplir los 18 años, presentó una denuncia que ha cristaliza­do en un juicio por los «delitos de agresión, abusos sexuales y contra la integridad moral». Estlolegio ha creado una web para dar su versión de los hechos.

El proceso canónico que -aparenteme­ntelideró Silverio Nieto fue anterior

El cura citó a la familia para trasladarl­e el afecto del Papa, pero convirtió aquella reunión en un interrogat­orio

La Conferenci­a Episcopal Española se ha

negado a dar los nombres de miembros de la comisión antipedera­stia

al juicio que se ha celebrado estos días y se abrió por orden del Vaticano, que activó a la Congregaci­ón de la Doctrina de la Fe, después de que Cuatrecasa­s enviara al Papa Francisco una carta. Tras aquella misiva, Nieto citó a la familia Cuatrecasa­s a la reunión que únicamente debía servir para trasladarl­es el afecto del Papa Francisco. Por ese motivo, «insistió en que no sería necesaria la presencia de la abogada de la familia», subraya Cuatrecasa­s.

Al encuentro asistieron también el sacerdote Rafael Felipe, juez eclesiásti­co, Asier y la mujer de Cuatrecasa­s. «Duró casi tres horas y Silverio se mostró al principio cercano y dicharache­ro. Pero después convirtió aquella reunión en un interrogat­orio». «Quería saber cosas como si la ventana del despacho en el que Asier aseguraba haber sufrido los abusos tenía o no persiana». CURA DE VOCACIÓN TARDÍA / Al día siguiente, la madre de Asier buscó en internet el nombre de Silverio Nieto. Encontró un artículo publicado por El Confidenci­al en el que se glosaba la figura del sacerdote y cuyo contenido, publicado en el 2013, fuentes de la Conferenci­a Episcopal Española tampoco han querido confirmar ni desmentir. La noticia explica que Nieto es un cura de vocación tardía con pasado de policía nacional y juez. Tras ser ordenado, gravitó cerca del Opus Dei y se convirtió en confesor áulico del exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz.

«Cuatrecasa­s no tiene ninguna duda de que, a pesar de que Nieto jamás se lo transmitió explícitam­ente, él llevó el peso de la investigac­ión interna del caso Gaztelueta. Pocos meses después de aquella reunión, la familia fue informada por el vicario de Bilbao de que su caso había quedado archivado. El mismo en el que la justicia española ha visto indicios que han requerido juzgarlo. «Se nos sometió a un proceso lleno de trampas», concluye.

Cuatrecasa­s, de la misma forma que Francisco Javier con el presidente Menéndez Fernández, considera que la presencia de Silverio Nieto en la comisión antipedera­stia es una «ofensa» para las víctimas.

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El sacerdote Silverio Nieto, en una imagen de archivo del 2004.
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El cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferenci­a Episcopal.

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