La visita de Iglesias a Lledoners
Actuando en nombre propio –la ministra portavoz, Isabel Celáa, dejó muy claro en la rueda de prensa del Consejo de Ministros que no podía negociar en nombre del Gobierno–, Pablo Iglesias visitó ayer a Oriol Junqueras y a los otros políticos presos que se encuentran en la cárcel de Lledoners. Entre otros asuntos, trató a lo largo de la reunión el apoyo (imprescindible para su aprobación) de ERC a los Presupuestos Generales del Estado que el Ejecutivo de Pedro Sánchez y la formación morada han pactado. Iglesias se encontró con la misma postura que Esquerra ha mantenido en los últimos tiempos: si no hay un «gesto» del Gobierno hacia los políticos presos catalanes, no habrá negociación presupuestaria.
Hay que darle a la visita de Iglesias a Lledoners el valor político que tiene: dejando de lado al lendakari, Iñigo Urkullu, es el primer dirigente de una formación política del resto de España que acude a ver a los presos que están en prisión preventiva por orden del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. En este sentido, la visita de Iglesias rompe un tabú y contribuye a poner el foco sobre la desproporción de la prisión preventiva en la que se encuentran Junqueras y el resto de presos del ‘procés’.
Por este motivo la visita tiene un evidente valor político. En el asunto de los Presupuestos, el escollo sigue siendo el mismo: la exigencia de vincular su negociación a un «gesto» del Gobierno con los presos es de imposible cumplimiento para Sánchez.
El antídoto