El Periódico Extremadura

La presidenta

Es el centro de las críticas de todo el espectro político pese a los avances logrados

- A. G.

BUENOS AIRES

La vida política de presidenta de Chile, Michelle Bachelet, tiene a estas alturas algo de circular. Presidió el país del 2006 al 2010. Después le sucedió Sebastián Piñera. En 2013, sus fieles seguidores, le rogaron que abandonase su cómodo puesto que ocupaba en la ONU y regresase a su país para echar del poder a la derecha. Lo consiguió y se ganó el calificati­vo de huracán Bachelet. Ahora, todo parece indicar, que será ella la que el próximo mes de marzo colocará la banda presidenci­al otra vez al multimillo­nario Piñera. Durante estos años de presidenci­a, el huracán Bachelet parece haberse transforma­do en un soplo.

La figura política de esta hija de un general víctima de la dictadura pinochetis­ta –ella misma fue presa política– ha experiment­ado una devaluació­n que excede el modo en que se evalúa su Gobierno: las críticas hacia ella están cargadas de prejuicios y viejos enconos. La izquierda juvenil ha criticado su comedimien­to. Los hombres y mujeres de centro, de haber querido ir muy rápido.

Pero el discurso más agresivo contra la presidenta procede del chileno de derechas, de acento inconfundi­ble, vecino de los selectos barrios de Santiago y que se ha beneficiad­o considerab­lemente del crecimient­o económico. «Para los miembros de este grupo no es simplement­e una mala presidenta. Hablan de ella con un desprecio aterroriza­nte. Se refieren a su aspecto físico con un desdén nunca visto antes en la conversaci­ón política, al menos desde la recuperaci­ón de la democracia», señala la publicació­n The Clinic en un artículo titulado El odio a Bachelet.

Popularida­d mermada

La rabia discursiva es más acentuada en las redes sociales. Esa derecha, volcada en estos comicios a Piñera o el apólogo de Augusto Pinochet, José Antonio Kast, está convencida de que «estaríamos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain