LAS FORMAS ORGÁNICAS Y SENSUALES DE LAS PIEZAS SUAVIZAN LA SEVERIDAD RECTILÍNEA DE LA FACHADA
En este deslumbrante ático nos queda claro cómo la mano del interiorista suaviza, templa, enriquece y complementa la obra del arquitecto, para convertir lo construido por éste en un refugio donde vivir, soñar, amar, sentir calor de hogar y al mismo tiempo, como ocurre aquí, dominar el hipnótico skyline de Londres desde las alturas. El diseñador de interiores británico Jonathan Reed se enfrentó al reto de crear el interiorismo de este dúplex situado en las dos últimas plantas de una gran torre de acero y cristal firmada por Richard Rogers, y su estudio Rogers Stirk Harbour + Partners, en el Bankside, uno de los barrios más cool de la capital inglesa. A las superficies acristaladas que lo dominaban todo, Reed opuso texturas rugosas y colores en tonos tierras, “con el fin de sacar el ático del cielo y traerlo de vuelta a tierra firme”, nos cuenta el interiorista. El sello de Rogers, una arquitectura hightech presente en varios de sus proyectos -como su Centro Pompidou de París-, marca también este loft urbano, un dúplex de 657 m2, donde la peculiar estructura del edificio, con soportes visibles desde el exterior, permite eliminar los muros de carga interiores, generando generosos espacios diáfanos. Lo anterior, sumado a la fachada acristalada, podría haber creado cierta sensación de desnudez, frialdad, desprotección...; pero esto no ocurre gracias a un proyecto de interiorismo que busca la calidez y la sensualidad, a través de colores, materiales y a la elección muebles de formas orgánicas y sinuosas, con suaves y aterciopeladas texturas. Las paredes se revistieron de paneles de cobre patinado en verde grisáceo. Encontramos también profusión de madera de cedro, piedra natural, alfombras de lana... “La arquitectura de Rogers es rigurosa, desafiante y dominante –tanto externa como internamente- en el uso de una estructura visible y en su acristalamiento. Nuestro desafío fue suavizar la intención del arquitecto, sin disminuirla. Tuvimos que crear un hogar a partir de una voluntad arquitectónica”, nos explica Reed. Su apuesta por el arte y el diseño contemporáneos responde a un propietario exigente, amante del arte, de la fotografía y del diseño. Diseños de art-designers, como Studio Job, Nendo y otros, crean una atmósfera arty. La ausencia de tabiques interiores fue suplida con paneles deslizantes que exhiben arte y fotografía y, a la vez, delimitan los espacios. La imposibilidad de poner persianas o cortinas en algunas zonas creó dificultades, resueltas por el proyecto de Studio Reed, que incluyó también el diseño de muebles a medida y de distintos ambientes más recogidos. Y es que entre sus objetivos estaba el crear “un espacio que anime a un estado mental relajado, reflexivo, en calma...” Propósito cumplido para un estudio que ha tenido entre sus clientes a figuras como los actuales reyes de Jordania, David Bowie e Iman...
las obras de arte, como las serigrafías del fotógrafo Daido Moriyama, de Hamiltons Gallery, se colgaron en paneles deslizantes. La mesa de bronce, de la colección de Studio Job, Carpenters Workshop Gallery, marca el límite entre el salón y el comedor.
en rojo y amarillo de Richard Allen, de Offer Waterman, apoyada en un soporte corredero, crea intimidad en la zona de cocina y la separa del salón.
como todos los de este ático- dúplex, alberga a la cocina con comedor y una zona de estar, con dos sofás enfrentados y dos mesas pintadas de azul, realizadas a medida por Studio Reed. Dos pilares pintados de blanco y una alfombra de color marrón oscuro enmarca la zona de estar y contrasta con las blancas tapicerías de los asientos.