LA COCINA ES DE NOGAL, UNA MADERA MUY COMÚN EN EL DISEÑO DE MEDIADOS DE SIGLO
Selfishly Selfies, The Devil wore crimson y The Factory. En 2011 cayó a los pies de este lugar cuya peculiar estructura y mágica localización le enamoró al instante, además, como el mismo dijo, este paraíso sólo está a unas millas de la Soho House o el Beverly Hills Hotel. “La casa (primera en este área) está llena de inspiración, además de luz natural y absoluta tranquilidad, también posee una cálida acústica dados los techos de madera y su forma”, dice Jonathan Lennard, el cual invirtió mucho tiempo y energía buscando las perfectas piezas vintage, la mayoría en Rose Bowl, su mercado de antigüedades favorito. (Ni los diseñadores del set de Mad Men podrían haberlo hecho mejor). El salón alberga muchas de esas piezas, el sofá naranja de imitación y el bol turquesa añaden toques funky de color a un ambiente suave y paciente. Lennard tiene una gran colección de álbumes, libros y fotografías del mundo de la moda, como las Polaroids de Guy Bourdin, que combinan sin sobresaltos con las pinturas de su novia mexicana, Reyna Leyva, quien solo se pinta a sí misma desnuda. Otro de los artistas de la casa es Walter, su perro, quien es capaz de posar con la misma soltura que las modelos de Lennard. La soberbia casa está terminada pero el fotógrafo ya tiene un nuevo y modesto proyecto: reformar su yate.