LUCIANO DALLA MARTA Y THIAGO COSTA REGO PAREJA BIEN AVENIDA
Estos especialistas en márketing de marcas de lujo han impregnado cada rincón de su piso de São Paulo con su personal estilo. La experiencia de Luciano, arquitecto, y el ojo clínico del dúo para elegir los muebles, ha logrado una casa tan acogedora y serena como fresca y vitalista.
Cuando el arquitecto Luciano Dalla Marta y su pareja, Thiago Costa Rego, comenzaron a recorrer São Paulo a la caza y captura de una nueva casa en la que vivir, tenían las ideas muy claras. Tan claras, que incluso Luciano había trazado para la agencia inmobiliaria la planta de la que sería para él la residencia de sus sueños. “La búsqueda terminó al entrar en este piso situado en un edificio del Movimiento Moderno levantado en la década de los 70 del siglo pasado”, explica la pareja. Sus 360 metros cuadrados, llenos de luz natural, gracias a las ventanas presentes en todas las estancias -“hasta en el descansillo del ascensor”, explican- les robaron enseguida el corazón. “Era imposible que no nos gustara”, añaden con entusiasmo.
Pero este flechazo necesitó de algunos cambios para ser una relación estable.“el anterior propietario tenía un gusto muy conservador y había muchos detalles de estilo francés. Hicimos una reforma integral para adaptarlo a nosotros”. Durante un año, redibujaron la planta, convirtiendo el antiguo comedor en una zona de bar que se integra al nuevo gracias a unas puertas correderas, repartieron los cuatro dormitorios entre una habitación de invitados, un estudio y la suite principal, con vestidor y baño, y restauraron el suelo de mármol y la boiserie de la entrada, ahora actualizada con un tono gris que le resta solemnidad.
Si el proyecto arquitectónico estaba claro desde el principio, con la decoración ocurrió lo contrario. “Quizás es la mayor diferencia entre trabajar para ti y para un cliente: las cosas no tienen que estar predefinidas. Nos gusta pensar en nuestro piso como en un laboratorio en el que experimentar”. El sobrio gris de las paredes sirve como base neutra sobre la que mez- clan antigüedades, diseño actual y propio, y muebles de segunda mano. “Solo tenemos objetos que forman parte de nuestra historia, y vintage y arte, nuestras dos pasiones. Algunas son piezas importantes, otras solo tienen valor sentimental. Queremos ser fieles a nuestra personalidad, sin seguir modas. Identificarnos siempre con nuestra casa”. Y así es.