Un repaso a la trayectoria del artista belga Ado Chale, creador de muebles- escultura de gran belleza.
ADO CHALE A punto de cumplir los 90, el genial creador acaba de ser homenajeado por duplicado con una completa muestra monográfica y el primer catálogo que recorre su trayectoria.
Adolphe Pelsener comenzó moldeando hierro forjado. Este artesano autodidacta, conocido como Ado Chale (Bruselas, 1928), es un maestro en transformar los más rudos metales en objetos bellos. Dior, Hermès, Chanel o Louis Vuitton lucen creaciones suyas como las que vimos en la retrospectiva del prestigioso Palais des Beaux-arts de Bruselas (BOZAR), y acaba de ver la luz una monografía suya, escrita por su hija Ilona Chale y editada por Editions Aparté (www.aparte-editions.be). En los 60 pasó de martillear plata para hacer joyas a idear las primeras tapas de mesa, atraído por el mágico mundo de las piedras. Hacía mosaicos con pirita, encontrada en los acantilados del norte de Francia, que luego incrustaba en cemento. Más tarde buscó piedras semipreciosas por todo el mundo para convertirlas, a base de resina epoxy, en una suerte de nuevo material que embellecía al pulirlas con diamante. Malaquita, ágata, calcedonia, cornalina, lapislázuli, ojo de tigre, jade o amatista, también ha experimentado con madera de secuoya fosilizada, para lograr, en todos los casos, brillantes piezas de mobiliario innovador que está a caballo entre el funcionalismo y la escultura. Curioso insaciable, sigue trabajando por encargo en su taller de Bruselas, rodeado de sus piezas más preciadas. adochale.com
“Lo que anima a mi padre es su romántica dulzura”, comenta su hija Ilona, autora del reciente libro sobre él