El Domaine de Chantilly, una exclusiva experiencia gastronómica y cultural, muy cerca de París.
A menos de una hora desde París descubrimos una propiedad histórica que brinda arte, cultura, actividades ecuestres y gastronomía de autor, para una experiencia muy top.
Seguramente la fama mundial de Versailles ha eclipsado durante años a esta pequeña gran joya y ha propiciado que permanezca oculta a los ojos de los viajeros. Pero ha llegado el momento de desvelar el secreto. El Domaine de Chantilly, un tesoro histórico a 40 kilómetros de París, invita a una escapada sensorial para descubrir una propiedad cuya vida gira en torno al arte, la cultura y, sobre todo, los caballos. Las tentaciones que brinda el Domaine son incontables: el château (de los siglos XVII al XIX) con exquisito mobiliario del s. XIX; el museo Condé que acoge la segunda mayor colección de pintura clásica de todo Francia (después del Louvre, évidemment); una prestigiosa colección de libros con casi 60.000 volúmenes, entre los que se cuentan famosos manuscritos iluminados como el Trèsrichesheuresduducdeberry; un terreno de 115 hectáreas que incluye los parterres diseñados por André Le Nôtre (quien sería el futuro jardinero de Versailles); los establos más grandes y refnados de Europa que albergan el Museo del Caballo más completo del país...
> En la actualidad, el Domaine de Chantilly es visitable gracias a un testamento. Fue Enrique de Orléans, duque de Aumale y quinto hijo del rey Luis Felipe I, quien decidió que a su muerte (sin herederos) la propiedad pasara a manos del Instituto de Francia, con la condición de que el museo Condé (en el interior del château) se abriese al público manteniendo la disposición de las obras y con la premisa de que no se pudiesen prestar las colecciones. Y así, desde finales del s. XIX, es posible recorrer las numerosas salas pictóricas, la biblioteca, las suites, salones y habitaciones del château, así como sus exquisitos jardines (el de estilo francés, del s. XVII, el anglo-chino, del XVIII, y el jardín inglés, del s. XIX) y la pequeña aldea, con sus casitas rústicas donde los nobles paraban a comer, a descansar y a entretenerse tras una jornada de caza o paseo al aire libre.
Pero, sin duda, los grandes protagonistas del Domaine son los caballos. Aquí se pueden visitar los espectaculares establos, asistir a demostraciones de doma y a espectáculos ecuestres, conocer el Museo del Caballo (con más de 200 piezas), vibrar con las carreras en el hipódromo y los partidos en el club de polo...
> Y, por supuesto, darse el gusto de recorrer la propiedad a lomos de un caballo Henson en un paseo relajado de tres horas entre la frondosa vegetación de los jardines. Para disfrutar al completo de la experiencia Chantilly, la mejor opción es reservar alojamiento en el Aubergedujeudepaume, un exquisito Relais & Châteaux de cinco estrellas en el recinto del Domaine. La decoración de sus 67 habitaciones y 25 suites destila inspiración afrancesada con butacas Louis XV, tejidos toiledejouy en azul o burdeos... mientras que sus zonas comunes (además del bistrotlejardin d’hiver y el bar) se centran en el mundo ecuestre. La cena en el Auberge será la ocasión perfecta para probar los deliciosos platos que el joven y talentoso chef Julien Lucas propone en el restaurante gastronómico con una estrella Michelin, Latableduconnétable (súper tentadores el foie ahumado al enebro con ruibarbo cocinado en costra de sal, el pichón con varias texturas de apio y salsa de carne, y el trampantojo de endivias de Picardie a base de chocolates grandcru). Como colofón a la escapada, nada mejor que dejarse mimar en el spa Valmont con un masaje con crema Chantilly. Y es que, en esta región, la célebre crema montada que se inventó en la lechería de la aldea del Do
plato...• maine en el siglo XVIII no sólo se sirve en el