Las obra de la ceramista Nicolette Johnson.
Desde su estudio de Brisbane, Australia, esta joven ceramista apasionada por los procesos creativos lentos y las técnicas tradicionales, moldea piezas cautivadoras inspiradas en la simetría de la naturaleza.
Buscaba algo que canalizase su creatividad y se apuntó a clases de alfarería. Dos años después, en 2017, Nicolette comenzó a exponer y a vender sus piezas y, en ese momento, se prometió a sí misma ser ceramista a tiempo completo. “Fue la mejor decisión que he tomado nunca,” cuenta. Esta joven promesa australiana no renuncia a ninguna técnica (moldear con torno, a mano, esculpir...), trabaja principalmente con arcillas de gres y esmaltes a alta temperatura y utiliza tanto el horno convencional como el de leña. “En este momento me inspira mucho la simetría del mundo natural, como las espinas de los cactus, los pétalos radiales de las fores y las antenas de los escarabajos. Mi trabajo también está infuenciado por antiguos utensilios chinos y minoicos y otras formas históricas de cerámica”. La pasión que siente y transmite con su trabajo le lleva a poner en valor este arraigo milenario. “El arte y la artesanía tradicionales son enormemente importantes, especialmente ahora, ya que actúan como una conexión directa con la mano del maker y se convierten en un contrapunto a las tecnologías cada vez más avanzadas en las que confamos. Es importante saber y aprender de lo que los artistas han hecho antes que tú. Sólo cuando conoces las “reglas” puedes romperlas y empezar a crear tus propias tradiciones. Y aunque estoy constantemente aprendiendo de otros, y continuaré aprendiendo el resto de mi vida, cometer errores y encontrar soluciones por uno mismo es una parte maravillosa, abrumadora y muy gratifcante de moldear cerámica”.
“Para mí moldear supone un momento de relajación ya que la técnica consume mucho tiempo y me permite meditar”