Junto a una reserva e integrado en la sabana, un eco lodge que apuesta por la naturaleza.
En lo alto de la colina que le da nombre, Arijiju está esculpido en un lecho de roca y, con su techo de césped, parece que siempre ha estado aquí. Rodeado por la reserva Borana Conservancy, este eco lodge apoya sus programas de especies en peligro de exti
La construcción de Arijiju comenzó hace cinco años, cuando los arquitectos ingleses Michaelis Boyd recibieron la llamada de uno de sus clientes de Londres. Esta ultra-discreta familia tenía una parcela en el corazón de una reserva de 13.000 hectáreas donde elefantes, rinocerontes, cebras y leones vagan en total libertad. Los propietarios de la fnca, la familia Dyer, que llevan protegiendo a los animales desde 1928, querían crear una casa de vacaciones para recibir a su numerosa familia y que también pudiera servir para alquilar. Las especifcaciones eran precisas: la construcción tenía que mezclarse con la sabana y ser autosufciente, con un bajo impacto ambiental. Los interiores, de la decoradora Maira Koutsoudakis, son discretamente lujosos, sin renunciar a la comodidad y la seguridad. Situado a una altitud de 2.000 metros, el emplazamiento orientado al sur es excepcional, con impresionantes vistas del Rift de África Oriental. En asociación con el arquitecto sudafricano Nick Plewman y centrado la atención en la responsabilidad ecológica, Michaelis Boyd ideó un proyecto a medida para el lugar. Partiendo del lenguaje de la arquitectura cisterciense, en particular de la abadía del siglo XII de Thoronet, en Provenza, y basándose en los monasterios de Etiopía y las tradiciones kenianas de agrupar las habitaciones, los arquitectos crearon Arijiju, construido alrededor de un claustro ocupado por un jardín de plantas medicinales y hierbas. La casa parece casi fundirse con la colina en la que están tallados sus cimientos. En primer lugar, se ven las espectaculares terrazas verdes del tejado y, a continuación, la bajada a la entrada, al abrigo de los sólidos muros excavados en la pálida roca. A través de la monumental puerta se llega al claustro con su jardín y todas las habitaciones se abren a este verde país de las maravillas. Para proteger mejor las estancias y a sus ocupantes del calor del sol, la disposición se ajusta a su recorrido: los dormitorios hacia el oeste, el comedor al sur, y la gran sala de estar al este.
El lodge fue construido por el contratista local Ben Jackson y numerosa mano de obra, para preparar la piedra Menu cortada a mano, típica de la zona. Para seguir de cerca el trabajo, los propietarios acamparon en el lugar y grabaron cada paso. No es fácil llegar hasta la casa, así que su autosuficiencia resulta aún más importante: su agua procede de manantial y su energía es suministrada por paneles solares. Debido a que las tardes son frescas a esta altitud, cada habitación se calienta con grandes chimeneas o estufas de leña. El techo verde y las gruesas paredes aíslan del frío y el calor. Los productos frescos proceden de la finca de la reserva ( carne, incluyendo la de la ganadería extensiva, frutas, verduras..., y hasta flores). Algunas noches los elefantes se invitan a sí mismos y sumergen sus trompas en la infinitypool. Considerada desde el principio como una casa familiar sostenible ( algo evidente incluso en la elección del arquitecto) Arijiju es una clase magistral sobre cómo vivir en armonía con el entorno, adaptando las tradiciones y dejando un espacio para crear otras nuevas.