SEAMOS MÁS SENCILLOS
Qué queréis transmitir con vuestras obras? La alegría de vivir". ¡Guau! Creo que esa respuesta, dada aquí por Diego Omil del dúo de jovencísimos artistas Los Bravú, aproxima el arte a cualquier público con mucha más eficacia que otra estrategia. Es la primera vez que lo escucho como propósito, todos hemos asistido a testimonios de autores que pretenden hacer saltar el ideario colectivo, incluso algún atrevido tiene la esperanza de cambiar el mundo impactando con su quehacer. Y no digo que sea un mal propósito, pero ¡que buena es la sencillez! ¡Qué directa! ¡Qué potente! No se me ocurre nada mejor a lo que engancharme que a aquello que me prometa alegría de vivir. Olafur Eliasson, el gran y magnífico Olafur, también nos dice ahora que el arte y la cultura pueden ser "increíblemente persuasivos"y que una obra es capaz de "tocarnos" con más impacto que una información o conocimiento. Es verdad, contémoslo para sentirlo cerca y, en este sentido, los ignorantes debemos rendirnos ante la simplicidad del arte sin explicaciones, con el único argumento de su disfrute, inconscientes de que nos está haciendo mejores. Y es por eso también por lo que yo admiro profundamente al coleccionista mecenas, me descubro ante quien es capaz de hacer crecer a otros desde el propio placer, en este número tenemos la oportunidad de poner el foco sobre la cabeza de algunos de ellos y vaya desde aquí nuestro aplauso por financiar, becar, apoyar con medios y descubrir al artista valioso. Con sencillez, sí, la misma con la que viven en el arte los personajes propietarios de los proyectos de interiorismo que presentamos, sumergidos en él, sin ruidos tontos, trasladándolo a todo: a la moda, a la joyería, al jardín... hasta el punto de conmocionarnos. Por eso son arte.
“No se me ocurre nada mejor a lo que engancharme que a aquello que me prometa alegría de vivir”