CASA CANVAS.
La exquisita mansión y galería de arte de la brasileña Thayse Viégas a las afueras de Milán.
n la planta baja de una noble villa lombarda, con un espectacular jardín, vive y trabaja la brasileña Thayse Viégas, un espacio designado por ella misma como Casa Canvas. Se encuentra a poco más de media hora en coche desde Milán, en Carate Brianza. Una zona que en tiempos fue un próspero destino de vacaciones, hoy en día más conocida por sus célebres fabricantes de muebles de diseño contemporáneo. La vivienda se distribuye a lo largo de tan solo dos grandes estancias de la planta baja de la Villa Stanga Busca Borromeo, una casa histórica de arquitectura neoclásica, renovada posteriormente con un estilo conocido como barroco lombardo. “Me encantan las grandes ciudades, soy muy urbana”, afrma Thayse. “Nunca hubiera pensado que podría vivir en un pueblo pequeño, especialmente en un lugar en el que la naturaleza es tan importante. Pero es que no fui yo quien eligió este lugar tan extraordinario. Al contrario: el lugar me eligió a mí”. Thayse Viégas llegó de Río de Janeiro a Milán atraída por la escena italiana de la moda. Antes de mudarse a esta casa, trabajaba como compradora para importantes frmas del sector. Poco a poco, su interés se fue centrando en el arte y el mobiliario, adoptando fnalmente una poco convencional fórmula de vida. Casa Canvas, nombre inspirado en la expresión inglesa blankcanvas, que signifca lienzo en blanco, es no solo una vivienda sino también una galería de arte y diseño. “En Brasil estamos acostumbrados a probar con el coleccionismo. Con esta galería quería crear un espacio de intercambio y colaboración en el que también tuvieran cabida diferentes experiencias creativas en los campos del diseño, el arte y la artesanía. Además, lo veía como un lugar que al mismo tiempo pudiera ser mi hogar”, explica. En este espacio con frescos en los techos y puertas decoradas, Thayse vive entre obras de diseñadores, algunos emergentes, y otros más conocidos, como Gustavo Martini o Sam Baron. Artistas que, ante todo, le conmueven; obras de arte con las que quiere vivir. Luego, combina estas obras con muebles modernos de entre los años 50 y 70, especialmente piezas italianas. Y también con creaciones suyas, por ejemplo, unos platos de porcelana hechos con una mezcla de técnicas artesanales y digitales que referencian de manera irónica a grandes iconos de la pintura. Todo está en exposición y a la venta. Esta vivienda-galería se puede visitar solo bajo cita previa. Según Thayse, los visitantes suelen quedarse muy sorprendidos al descubrir el jardín con el que cuenta la casa. “Este lugar me ha cambiado –admite-. Mi trabajo anterior como compradora me obligaba a tener una vida frenética, era una víctima total de las tendencias. Aquí he bajado mucho el ritmo. Sigo en contacto con todo lo que está sucediendo, pero ahora me dedico a comprar piezas de mobiliario moderno y obras de arte sin estrés. Tener un espectacular jardín tan cerca me ha conectado con las estaciones y sus cambios. Me he vuelto una persona más contemplativa”, refexiona.