DESIGNERS. Un repaso a la trayectoria del estudio de creadores franceses Pierre Brichet y Caroline Ziegler.
En este dúo de diseñadores franceses la vocación artística convive con el virtuosismo técnico y la voluntad de innovar. Pierre Brichet y Caroline Ziegler experimentan libremente con los materiales hasta conseguir objetos, lámparas y muebles tan seductores
Esta pareja de creadores franceses proviene de mundos diferentes: Caroline se graduó en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Reims; y Pierre obtuvo el título de ingeniero mecánico en la Universidad de Tecnología en Belfort (Montbéliard), antes de diplomarse en la Escuela de Artes Decorativas de París. Se conocieron en el colectivo de diseñadores Collectif Dito y decidieron unir fuerzas para formar su propio estudio en París. Además de diseñar proyectos para empresas de mobiliario y de iluminación, han formado su propia firma By Hands, desde la que crean exquisitas piezas hechas a mano en ediciones limitadas y que es, a la vez, un auténtico laboratorio de experimentación en el que se extienden las posibilidades de los materiales y se buscan nuevas formas. En 2018 recibieron el premio Grand Prix de la Création de la Ville de París. ¿Por qué decidisteis trabajar juntos? Siempre quisimos trabajar en equipo, incluso antes de conocernos. Las diferencias entre nosotros representaban en realidad una fortaleza. Además, el hecho de trabajar con alguien del sexo opuesto nos parecía esencial para conseguir un trabajo equilibrado que permitiera liberar la sensibilidad de cada uno. ¿Qué cosas os inspiran? La inspiración tiene que entrenarse, como ocurre con los deportes. Es necesario entrenar la mente para encontrar ideas, descubrir detalles, materiales... y hay que alimentarla con viajes, exposiciones... Un cambio de ambiente permite volver al trabajo con una mirada nueva. >
Cada proyecto es un pretexto para experimentar y descubrir una nueva faceta de nuestro universo artístico”
¿Qué es el lujo para vosotros? Es tomarse el tiempo para hacer cosas que permanecen, y que no son necesariamente cosas que cuestan mucho dinero, sino que valen por su ejecución y su origen. Esto significa que el lujo está en objetos discretos y vividos, sin ostentación. Y es también una mezcla de know-how, historia y transmisión, pero también de innovación y tecnología, los cuales provienen de la artesanía y de la industria. ¿Cuál fue la última compra que disfrutasteis? Pierre: La silla Selene, de Vico Magistretti. Caroline: La silla Mandarin, de Ettore Sottsass. ¿Cómo es vuestra casa? Caroline: Pierre vive en el sur de París y yo en Pantin, muy cerca del estudio. Ambos tenemos pisos muy diferentes, pero que están llenos de objetos eclécticos. Pierre es un coleccionista de sillas, y los dos tenemos algunas piezas de los maestros del diseño italiano y también objetos anónimos de mercadillos, souvenirs de nuestros viajes... ¿Cuáles son vuestros materiales favoritos? Nos interesan los que crean un proyecto. Y, a su vez, el proyecto perfecto para un material determinado. Trabajar a fondo con ellos nos hace descubrir nuevas técnicas. Y aquellos, como el metal, la cerámica o el cristal, que se transforman frente a tus ojos, nos parecen mágicos.
Nuestras piezas se convierten en algo evocador y poético, con una naturaleza técnica oculta”