CHILLIDA LEKU. Patricia Espinosa de los Monteros ha hablado con los actores de la esperada reapertura.
Una buena noticia desde Hernani: el especial centro de arte se descubre de nuevo el 17 de abril gracias al acuerdo entre la familia Chillida con la galería suiza Hauser & Wirth. Hablamos con los grandes nombres que intervienen en esta esperada reapertura.
El Caserío de Zabalaga, la antigua construcción levantada en el siglo XVI y que Eduardo Chillida y su esposa, Pilar Belzunce, compraron casi en ruinas, enamorados del edificio y del lugar, inicia nueva etapa abriendo las puertas de su casa, de su parque y de su jardín de esculturas, para hacer posible que todo el mundo pueda disfrutar, conocer y estudiar la obra y la figura del gran escultor vasco. Zabalaga está enclavado en Hernani, cerca de San Sebastián, y desde hace años se conoce como Chillida Leku, que en vasco significa el lugar de Chillida. Es un imponente caserío del siglo XV que habla, como le gustaba decir al artista. En 1986, Eduardo y su mujer decidieron adquirirlo acometiendo su reconstrucción lentamente, escuchando lo que el edificio les decía, y el proyecto duró dieciséis años. Dejaron al descubierto sus impresionantes muros de piedra, para poder contemplar también volúmenes majestuosos y estructuras esculturales de vigas de madera. Fueron años de concienzudo estudio, de búsqueda de cada material que se iba a colocar, en el que intervinieron un grupo de artesanos locales orquestados por Joaquín Montero, arquitecto y amigo, bajo la atenta observación de Joaquín Goicoechea, el jardinero del lugar y también amigo del artista.
La obra fue dirigida por el escultor y en ella no escatimó ni tiempo, ni cariño, ni dinero y, poco a poco, se involucró toda la familia. “Yo intervine -cuenta Montero- en varias obras de Eduardo, le conocía bien y éramos amigos. Empecé proyectando su casa de Igueldo y lo último que hicimos fue Chillida Leku, aunque en esta nueva fase he de decir que no he intervenido”. A principios de 2011, el caserío cerró al público. “Realmente nunca ha estado cerrado y siempre se ha podido visitar, bajo cita previa”, cuenta su hijo, Luis Chillida Belzunce. Ahora, esta nueva fase es posible gracias a la galería suiza Hauser & Wirth. “Con ellos -dice-, hemos logrado dar el impulso que nosotros solos no hubiéramos podido realizar, por eso estamos contentos, creemos que este paso es muy positivo y estoy seguro de que a mi padre le hubiera encantado esta nueva fase y conocer a Oudolf, a Laplace o a Fede Pacha”. Mireia Massagué, directora del Chillida Leku, nos explica que “se inaugura con Ecos, una antológica de sus últimos 40 años, que incluye piezas casi nunca expuestas y que proceden de préstamos públicos o privados de la Fundación La Caixa o de la del ICO y varias obras muy destacadas y monumentales”. Algunos dicen que todo será igual, que no habrá cambios, que la filosofía y el espíritu de Chillida, junto a los 500 años de historia de la vieja construcción, se mantendrán, pero también hay nuevas aportaciones de grandes profesionales que guardan la magia de este lugar único. • www.museochillidaleku.com