¡ ERA AQUÍ! Una casa de labranza en Nîmes restaurada con la mirada contemporánea de Richard Goullet.
El decorador Richard Goullet ha recuperado el esplendor de una antigua casa de labranza, ubicada cerca de Nîmes entre trigales y viñedos, sin perder de vista sus orígenes pero con un planteamiento espacial muy contemporáneo.
En un pequeño pueblo cerca de Nîmes, Saint-maximin, se encuentra la casa de labranza que el diseñador de interiores Richard Goullet compró en 2016. Enmarcada en un entorno rural, está rodeada de viñedos y frutales que nos dan una pista de lo que encontraremos en su interior: madera, piedra y tejidos naturales. El interiorista francés ha llevado a cabo un ejercicio de remodelación sin pretensiones en el que, por encima de todo, perseguía respetar su historia. ¿ El resultado? Un espacio lleno de serenidad donde sus paredes calizas emanan sabiduría y evolución. Y donde la predisposición a la belleza de cada rincón y la felicidad con la que uno se siente al cruzar la puerta, hacen de éste un lugar en el que refugiarse. La intervención realizada, ejecutada en su totalidad de la mano de la empresa Mayckel Dos Santos, respetó las vigas y el suelo de la entrada, además de las bóvedas y losas de piedra de la planta inferior. El suelo que no fue recuperado se sustituyó, tanto en zonas de día como de noche, por una capa de cemento, creando ese efecto de continuidad tan demandado en reformas actuales y que, además, se integra perfectamente en el estilo de la casa. Pero si en algo Goullet ha trabajado concienzudamente ha sido en aumentar el tamaño de las ventanas, ya que las originales eran demasiado pequeñas, para así realzar uno de sus grandes valores, la luz natural que pueda entrar en las diferentes estancias gracias a su ubicación, el sur de Francia. Con respecto al color, el verde de las plantas que nos reciben a la entrada lo encontramos en algunos elementos decorativos del interior, en vajillas o integrado en paredes y azulejos. Aunque, sin duda, la explosión cromática del mantel que cubre la mesa de la habitación principal es una sorpresa que no pasa desapercibida. El mobiliario y la decoración, en su mayoría vintage, que el diseñador ha ido escogiendo en mercadillos y anticuarios locales, nos sitúa en espacio y en tiempo y nos hace entrever lo detallista que es en su trabajo y la pasión con la que imagina sus diseños. Es una casa pensada para disfrutar, tanto de usarla como de mirarla: porque una cocina de la firma Aga, con su diseño nostálgico, solo puede estar concebida para realizar guisos tradicionales para compartir con amigos, y el despacho, con ese derroche de luz natural, se convierte en el espacio perfecto para leer, escribir o dibujar hasta que caiga el sol. Y, ¿ qué decir de ese espejo del baño que refleja el paso del tiempo? Uno no puede más que pararse cada mañana y admirar la belleza que lo rodea. Y es que entre cuadros, jarrones y lámparas de época, se intuye la delicada batuta con la que ha sido dirigida esta reforma.
EL VALOR DE LO LOCAL Y EL RESPETO A LA TRADICIÓN, GRANDES PROTAGONISTAS
LA FRASE DE LEONARDO DA VINCI “LA SIMPLICIDAD ES LA MÁXIMA SOFISTICACIÓN” SINTETIZA ESTA TERRAZA
EL BLANCO ENVEJECIDO ES EL LIENZO SOBRE EL QUE SE DIBUJAN PIEZAS ESCOGIDAS