Público y propio
Es su momento; hoteles y restaurantes nunca habían vivido un esplendor semejante al actual, los cambios sociales han propiciado su crecimiento hasta tal punto que se convierten en mecas del disfrute y, sobre todo, del diseño. No hay mes sin nuevas inauguraciones, a cual más espectacular y deseable. Pero el lujo entendido como algo extraordinario, hoy pone el punto de mira en nuevas dianas que llaman la atención y nos sorprenden, son espacios creados bajo el criterio de la sostenibilidad, de arquitecturas consecuentes con su entorno, en edificios recuperados por su historia y belleza que se valoran tanto por esto como por lo que en ellos puede pasar, actividades a la medida de cada cliente. A un hotel se va a sanar, a relajarse, a vivir el arte o la cultura local, a hacer deporte, a aprender a cocinar... Y el interiorismo es crucial para que la experiencia sea un éxito. Observamos cómo los interioristas se superan en los nuevos proyectos y cómo la industria trabaja en la creación de mobiliario atractivo de fácil mantenimiento y almacenaje. Lejos quedan los restaurantes donde solo la excelencia de la carta y el buen servicio eran su valor, hoy además les exigimos una experiencia sensorial acorde a su cocina que nos haga sentir la emoción de ser especiales por estar allí. Nunca los espacios públicos fueron tan propios, el interiorismo facilita el sentido de identidad y de pertenencia en busca de la satisfacción total. Bienvenido. •
“Al interiorismo le exigimos que nos procure la emoción de ser especiales por ir a ese hotel o a ese restaurante”