ELLE Gourmet

De raza ibérica

Con un poderoso ‘look’ de los años 20 y una propuesta culinaria que recorre la península de arriba abajo, ha puesto patas arriba el corazón de Barcelona.

- POR GEMMA CARDONA. FOTOS: FLAMINIA PELAZZI

No pasa un día en el que, a las 12 en punto, hora de apertura de El Nacional (elnacional­bcn.com), no se agolpen los curiosos en la puerta del restaurant­e. Esperan para entrar y ver qué hay en ese callejón un tanto escondido del paseo de Gracia, en plena milla de oro barcelones­a. Y, desde luego, lo que hay no deja indiferent­e a nadie: un espacio único y de singular belleza, con más de 3.000 metros cuadrados de superficie y ocho metros de altura. Las cifras impresiona­n. «El efecto wow está aquí», sonríe Xabier Otondo, director general de Ocio Gastronómi­co, la empresa propietari­a de un local cuyo nombre sintetiza con extraordin­aria precisión la propuesta lanzada: reunir en un mismo lugar lo mejor de la gastronomí­a ibérica (con alguna licencia que remite al sur de

Francia). Para conseguirl­o, se divide en cuatro paraísos culinarios: La Paradeta, el más informal del conjunto y perfecto para merendar o picar algo rápido a mediodía (como ensaladas o bocadillos); La Taperia, en la que los camareros ofrecen las tapas con el típico cante a la malagueña; La Llotja, especializ­ada en pescados y mariscos, y La Braseria, de espíritu cien por cien carnívoro. Además, existen otras tantas barras (de vinos y embutidos, de cervezas y pinchos, de cócteles y de ostras) y un reservado para reuniones privadas. Todo, comandado por el chef Carles Tejedor.

UNA NAVE DE FINALES DEL SIGLO XIX

El estudio del interioris­ta Lázaro Rosa-violán fue el encargado de darle forma a un proyecto que debía responder a una doble pretensión: por un lado, dotar a cada espacio de una identidad propia; por otro, que cada elemento encajase como un guante en la filosofía global de El Nacional. Además, la reforma venía marcada por la ubicación, una nave considerad­a el ejemplo más antiguo de la arquitectu­ra industrial que se conserva del Ensanche. Esto obligó a respetar al máximo ciertos aspectos, como los techos, acabados en la típica volta catalana, y el pavimento de tacos de madera de la entrada del restaurant­e.

El alma de ese pasado industrial sigue ahí, en un look de marcado carácter art déco. Lo vemos en los maravillos­os alicatados artesanale­s, realizados a mano en Castellón, o en las vitrinas recuperada­s de la Barcelona industrial que separan cada zona gastro. Y, sin duda, en la heladería que da la bienvenida al visitante, construida a partir de dos balcones antiguos de La Coruña. Madera, hierro, cristal: materiales nobles que reflejan aquellos años 20. Se han rescatado, además, algunos detalles del antiguo garaje, «como las puertas de latón que dan acceso a la cocina en La Braseria o las paredes, que se limpiaron y se trabajaron para fijar la pintura original», explica Xabier Otondo. Por cierto, si quieres más pistas sobre su pasado, date una vuelta por los baños: verás impactante­s fotos antiguas de la nave.

AUNQUE SON MUY DISTINTAS ENTRE SÍ, LAS CUATRO ZONAS DEL ESPACIO CONVIVEN EN TOTAL ARMONÍA

 ??  ?? La Paradeta es el espacio donde picar algo rápido.
La Paradeta es el espacio donde picar algo rápido.
 ??  ?? La entrada de El Nacional (Barcelona).
La entrada de El Nacional (Barcelona).
 ??  ?? El quiosco, que este mes pasa a ser una heladería, da la bienvenida al local.
El quiosco, que este mes pasa a ser una heladería, da la bienvenida al local.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain