ELSA PATAKY

Sus secretos para estar en forma, su día a día en Australia, su nuevo libro, la maternidad... La actriz, que hace diez años deslumbró desde la portada de ELLE, nos cuenta por qué se encuentra mejor que nunca.

Sí. El tiempo vuela. Ciento veinte números han pasado ya desde aquella famosa portada del especial Body de ELLE que recorrió el mundo entero y que protagonizó la actriz Elsa Pataky (Madrid, 1976). Muchas experiencias (incluida la maternidad) y proyectos profesionales después, repetimos con este cuerpazo de infarto en las playas de Punta Cana. Segura de sí misma, sin dudas sobre lo que quiere y lo que no, más madura, relajada y sin complejos, Elsa se muestra tal y como es y desvela las claves para estar mejor cada año.

¿Cómo ha sido tu vida desde la de 2007? ¿Qué balance puedes hacer?

cover Diría que ha sido increíble, un verdadero torbellino de momentos únicos, irrepetibles, de los que conservo recuerdos imborrables. Me llama mucho la atención cómo ha cambiado mi forma de ser, algo de lo que he sido especialmente consciente al terminar esta sesión. Porque no he dejado de pensar en lo diferente que ha sido con respecto a la de diez años atrás. Entonces me sentía insegura: quería ver las fotos antes de que se publicaran, me preocupaban mis piernas, pretendía controlarlo todo... Sin embargo, en esta ocasión ha ocurrido justo lo contrario: me he dejado llevar, me gusta mi cuerpo y estoy cómoda en él, sin miedos ni complejos. Eso aporta una libertad impagable. Creo que tiene que ver con la madurez y, por supuesto, con el duro trabajo de deporte al que me someto desde hace tantos años.

En Australia eres conocida como la princesa boho.

¿Qué es lo que más te gusta de tu etapa en las antípodas? Estoy feliz. El estilo de vida que llevamos allí va mucho más con mi forma de ser. Me siento a gusto en contacto con la naturaleza, cerca de los animales y de la playa, con la posibilidad de practicar deportes al aire libre. Siempre había soñado con instalarme en una granja, así que tener la oportunidad de hacerlo junto a mis hijos es algo realmente especial para mí. Me encanta salir de casa con una camiseta y unos shorts y caminar descalza sin que nadie se fije en mí. Soy libre. Me visto como me apetece, sin pensar en las tendencias ni obsesionarme con ellas. Además, viajar tanto a Los Ángeles por temas de trabajo es suficiente para satisfacer a mi yo urbanita.

Comparo esta sesión con aquella de 2007 y veo cuánto he cambiado: ya no tengo los miedos de entonces, me dejo llevar y me siento muy a gusto con mi cuerpo. Y eso lo he conseguido con la madurez y, por supuesto, haciendo deporte

¿Eres constante con tus entrenamientos?

Sí. Tengo la suerte de que, de pequeña, me enseñaron a amar el deporte: con sólo 4 años, mi padre me colocó unos esquís por primera vez. Y mis referentes y mis iconos siempre han sido mujeres atléticas y tonificadas. Soy una persona muy tenaz, concienzuda, incluso te diría que un poco cabezota. Cuando quiero algo, voy directamente a por ello, trabajo duro hasta que lo consigo. Llevo un montón de años practicando todo tipo de disciplinas deportivas de una forma constante, y eso, afortunadamente, acaba notándose. Para mí, el ejercicio es sinónimo de diversión, y justo eso es lo que intento inculcarles a mis hijos. Que disfruten haciendo algo juntos al aire libre es una prioridad.