Exploradora FASHION
Modelo, editora, empresaria... Sofía Sánchez Barrenechea –alias De Betak, alias CHUFY– es una mujer con muchas vidas, y se mueve por todas ellas con una elegancia a prueba de bomba.
Es toda una trotamundos: vive a caballo entre Argentina (su país de origen), Francia y Estados Unidos, con un ritmo endiablado. Sofía Sánchez de Betak, conocida en el fashion business como Chufy («hay otra persona con mi nombre y apellido en este negocio, así que uso este apodo que me acompaña desde niña»), es una mujer de carisma y estilo indiscutibles. Posee ese je ne sais quoi que le permite transformar cualquier camiseta en un icono. Su amiga Inès de la Fressange la describe con una serie de paradojas: «Guapa pero ingeniosa, hiperactiva aunque serena, porteña y cosmopolita, sofisticada y, aun así, cool». Solemos verla en front rows, aunque es mucho más: su carrera es una de esas con las que la mayoría sólo soñamos. Con 14 años, una agencia de modelos la descubrió en la iglesia (¿¡aleluya!?) y, poco después, ya se veía en vallas publicitarias por todo el país. Un shock que le hizo descubrir que prefería estar tras la cámara. «Colaboro con revistas y marcas como Marni, Tiffany & Co. o Chloé», enumera. Su filosofía de vida se basa en el juego. Sólo así se encuentra bien en cualquier parte, apunta. Eso sí, siempre con estilo: «Soy ecléctica. Mis outfits surgen de mezclar prendas traídas de
mis viajes». También diseña ropa, y lo hace con el mismo espíritu explorador. «Me inspiro en mis destinos o en artistas de allí. He hecho vestidos con Letita Aragon, a quien conocí en un mercadillo de Mallorca», destaca. Así, no sorprende que sea la nueva embajadora de Roger Vivier. Su director creativo, Bruno Frissoni, tenía en mente a una mujer nómada y urbana, con glamour pero sin pretensiones. El retrato robot de Sofía. «Es un honor; esta marca ha dejado huella en la historia de la moda. Elizabeth Taylor, Grace Kelly y Brigitte Bardot llevaban sus zapatos», apunta. Su abuela –«la mujer más elegante que he conocido»– también poseía decenas de pares. ¿Y cuáles son sus must del verano? Sandalias planas para llevar «con un caftán o unos jeans» y slippers de denim y rafia que «dan estilo a cualquier look». Con su primer libro en la calle, Travels With
Chufy (Assouline), y a punto de lanzar una línea de ropa con su nombre, atribuye su éxito a la perseverancia y a la pasión. Esta última, incluso en demasía: «A veces, mi marido me llama monstruo porque me pongo muy mandona», dice entre risas. Y aunque su francés es casi perfecto, al enfadarse, todo le sale en español. Una mujer explosiva... en muchísimos sentidos.
«SOY ECLÉCTICA. CREO CASI TODOS MIS ‘LOOKS’ MEZCLANDO PRENDAS DE PAÍSES DIFERENTES»