EL SECRETO MEJOR GUARDADO
Paisajes impresionistas, pueblos de cuento, calas escondidas, playas salvajes y TENTACIONES ‘gourmet’. Descubre la joya ‘arty chic’ del Atlántico.
Con sólo mencionar un lugar que se llama Isla Bella, la imaginación y las brújulas podrían enloquecer poniendo viento en popa hacia los lejanos Mares del Sur. Y sí, Belle-Île-en-Mer está a orillas de un gran azul, pero es el Atlántico. El mismo océano que baña las costas de la Bretaña francesa (vacaciones-bretana. com) y que, saliendo de allí, se enreda entre las arenas de las playas que posee este mundo aparte, a sólo 45 minutos en ferry (compagnie-oceane.fr) de la marinera y lúdica villa de Quiberon. Como un nirvana de los placeres sencillos donde cada estación tiene su charme, este lugar es un destino encantador e inmaculado cuya naturaleza salvaje, cuajada de
TIENE 58 PLAYAS CON ARENA BLANCA, AMARILLA Y HASTA NARANJA, Y TAMBIÉN CALAS SALVAJES EN QUE PERDERSE
fleurs d’ajoncs, se preserva; su arquitectura de casas de estilo acadienne se cuida, y su savoir vivre discreto, iluminado por la luz de cuatro faros, se comparte entre los enamorados de la naturaleza y de la cultura. Aquí, la divina actriz Sarah Bernhardt sublimó el arte de recibir desde una fortaleza al borde del acantilado de la Pointe des Poulains. Y el impresionista Claude Monet cayó embrujado por la belleza de las agujas de Port-Coton, que pintó casi obsesivamente.
En este microcosmos hedonista con cuatro pueblos de postal (Le Palais, Bangor, Locmaria y Sauzon) no hay mal que no se remedie a base de los
quesos aromatizados
Pilou, que Maud Meyenberg crea con dedicación artesanal y vende en los mercados de la zona. Ni que no se mitigue con la exquisita crème de caramel de La Bien Nommée (labiennommee.bzh), con el tiernísmo agneau que Eva y Christophe Didoune elaboran en Roz Avel (Rue du Lieutenant Riou, Sauzon) o con un vaso de cerveza La Morgat bien fría mientras se contempla el reflejo de la luna en el mar desde la terraza del Hôtel du Grand Large (hotelgrandlarge.com, desde 168 € para dos personas en media pensión). Tampoco hay soledad que 100 años dure en compañía de Bénédicte Pianelli, la dame de la literatura leída en voz alta, que da la bienvenida a cualquier alma sensible a su Liber & Co (liberandco.com). Porque, además de marineros en busca de pouce-pieds (percebes), en Belle-Île-en-Mer han encontrado refugio franceses de espíritu bohemio que han llenado el lugar de coquetas chambres d’ hôtes al estilo de Villa Pen Prad (villapenprad.com, desde 160 €), y de talleres de creación arty y deco. Muchos surgen de mentes femeninas como la de Juliette, que convierte cualquier recuerdo de papel en piezas únicas en su atelier Ile Luminée (ileluminee.com). O de emprendedores como Fabien Barbeau, que exporta al mundo la cristalería multicolor de Fluïd (fluid.coop). Reflejo de que aquí la inspiración salta a la vista.
LA CIUDADELA VAUBAN, QUE SE ELEVA SOBRE LA ISLA, FUE UN FUERTE EN EL PASADO Y HOY ES MUSEO Y HOTEL CHIC