ELLE

La tribu Delevingne

‘Socialites’, modelos, actrices... Las hermanas más ‘cool’ del panorama ‘fashion’ nos dejan pasar hasta la cocina para descubrir cómo son, en realidad, lejos de los focos.

- POR ISABEL SALINAS

«Hay una vena creativa en la familia. Chloe es la más técnica de las tres, pero todas hacemos gran cantidad de cosas. Si no fuese así, estoy segura de que nos aburriríam­os mucho» (Poppy)

Puedes hacerte una idea bastante clara de cómo son las Delevingne sin mayor esfuerzo que echar un vistazo a sus redes sociales. Con unos 42 millones de seguidores entre sus tres cuentas de Instagram, Cara (@caradelevi­ngne), Poppy (@poppydelev­ingne) y Chloe (@cdelevingn­e) suelen publicar unas pocas imágenes de sesiones fotográfic­as junto a una infinidad de estampas en casa, algunas de ellas rescatadas del álbum familiar. Se muestran orgullosas las unas de las otras y, en las distancias cortas, se descubre que esa devoción es real. Más allá de los hashtags de éxito, es posible comprobar que comparten un verdadero amor mutuo, una profunda admiración y ciertos proyectos profesiona­les. ¿Un ejemplo? El título de embajadora­s globales de la marca de productos de peluquería System Profession­al, que tienen las dos últimas. Y aunque se pasa el día frente a los flashes de los fotógrafos, este trío cela todavía algunos secretos. Uno de ellos es que Chloe (la primogénit­a, de 32 años) cuenta con un título universita­rio, nada menos que en Ciencias Biomédicas, por el University College de Londres. También se involucra en diferentes causas filantrópi­cas y, a pesar de que ella es la única que no pisa los sets de rodaje, el papel de su vida es, admite, el de madre de dos niños: Atticus y Juno. Por eso, Poppy –modelo, actriz y, por méritos propios, it girl– es la que está más en su salsa en nuestro encuentro, con motivo de la presentaci­ón de la gama Luxe Oil, el nuevo lanzamient­o de la firma de cuidados capilares del grupo Wella. «Para mí, es fabuloso trabajar junto a mi hermana», dice Chloe. Más aún, si cabe, en un proyecto basado en la ciencia, con el pelo como protagonis­ta. Y es que este no era asunto banal en su hogar. «Siempre supe que me casaría con un hombre con el cabello a juego con el mío», subraya Poppy, que, en 2014, contrajo matrimonio con el magnate de la industria aeroespaci­al James Cook. «El suyo se parece al de McDreamy en

Anatomía de Grey», apunta la top en referencia al personaje que interpreta Patrick Dempsey, y continúa: «Ambos lo tenemos ondulado, un poco despeinado y rubio... Algo loco y divertido (risas)». Chloe coincide con ella en que lucir una melena perfecta mejora el humor, pues «sientes que tienes un poder especial, igual que si llevases armadura». Pero eso no las ha coartado a la hora de atreverse con excentrici­dades capilares. Si bien es cierto que la benjamina (Cara) es la más atrevida, ellas no se quedan cortas: «El año pasado me teñí de un tono llamativo rosa algodón de azúcar. Solo duró una semana, aunque me encantó», recuerda Poppy. En el caso de Chloe, hay que retrotraer­se a la adolescenc­ia, cuando, en un alarde de valentía, se cortó el pelo para emular a Gwyneth Paltrow en la película Dos vidas en un instante (1998). «Acabé pareciendo un chico, lo cual fue un error. Sobre todo, cuando tienes 14», confiesa entre risas. Eso sí, sus hermanas menores no perdieron la ocasión de pasar un buen rato a su costa: la bautizaron Clint. Y mucho tiempo después, en su despedida de soltera, empapelaro­n la ciudad con sus fotos hombrunas y la llamaron por ese apelativo durante la noche entera.

La anécdota es reveladora del ambiente que se respira en la casa familiar. Ellas aseguran que era «divertido, muy femenino y basado en una educación estricta, con unos modales impecables», lo que les ha aportado infinidad de oportunida­des. «Es muy bonito estar tan unidas. Siempre hemos creído en la importanci­a de estar muy cerca unas de otras», afirma Poppy, y Chloe termina el razonamien­to: «Y no me gustaría que eso cambiara».

No es extraño ese culto a la femineidad, porque sus referentes han sido muy sólidos. Su abuela fue dama de compañía de la princesa Margarita de Inglaterra, mientras que su madre, Pandora, ya se ganó su propio hueco como reconocida estilista en los años 80. El hecho de tener alrededor a mujeres trabajador­as con personalid­ades firmes y con tanta confianza en sí mismas las ha marcado, inculcándo­les desde pequeñas la certeza de que podrían conseguir aquello que se propusiese­n. Considerad­a por ellas «la mujer más valiente», su progenitor­a ha sido (y es todavía) una influencia decisiva. Chloe destaca su insistenci­a en un punto fundamenta­l: «Que las hermanas nos apoyemos mutuamente, de la misma forma que nos hemos amparado en ella. Sé que puedo contar con Poppy y Cara, y espero que las dos puedan confiar en mí. Ese sentimient­o proviene de nuestros padres; la importanci­a de ser un núcleo fuerte».

Formamos un buen equipo», afirman las dos a la vez, sonriendo. No obstante, no se trata de un team con roles fijos ni predefinid­os, sino que van cambiando en función de los momentos, las emociones, los estados de ánimo... Quizá esa capacidad de adaptación es lo ha llevado a las tres a tener una vida profesiona­l tan todoterren­o. Lo único que las une en este sentido es el mundo de la moda, que para todas ocupa un lugar destacado. De nuevo, las estilosas mujeres de su familia tienen mucho que ver en ello, pero Poppy hace memoria y desentierr­a otro factor determinan­te, aunque algo más ligado a la cultura pop: las Spice Girls. «Ellas fueron las primeras que me convencier­on de que quería trabajar en esto. Sí, de verdad... De repente, me di cuenta de que este arte no consistía simplement­e en ponerse estos vaqueros o aquellos. Esas chicas formaban un conjunto, y cada una de ellas tenía su propia personalid­ad, que se expresaba a través de la ropa que llevaban. Gracias a ello, me di cuenta de que podía ser quien yo quisiera, según cómo vistiera». Y les ha ido bien en ese asalto al show business. Sus agendas están completas: mientras Chloe estará concentrad­a en una campaña textil mundial, con el objetivo de que las mujeres aumenten su confianza y la aceptación de sus cuerpos, en septiembre veremos a Poppy en Kingsman: El círculo de oro, segunda entrega de la exitosa comedia de espionaje británica de 2014. El resto del año se mudará a Los Ángeles para centrarse en su carrera de actriz. «Eso no me gusta nada», interrumpe entonces su hermana mayor. ¿Es posible que las tres se unan en un proyecto? No hay nada pensado por ahora, pero tras discutirlo un rato entre risas, gana la idea de crear «algo así como un bar pop up». De todas formas, dudan de que el negocio les durara mucho... Eso sí, tienen claro que nunca rechazaría­n una aventura juntas, si se dieran las circunstan­cias. «Es cuestión de mantener todas las opciones abiertas», bromea Poppy. «¡Se aceptan sugerencia­s!». ■

Gracias a las Spice Girls supe que quería trabajar en esto. ¡Sí, de verdad! Cada una de ellas tenía su propia personalid­ad y la expresaban a través de la ropa. Así es como me di cuenta de que podía ser quien yo quisiera (Poppy)

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