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Pedro García nos invita a una RUTA apasionante por sus catálogos en forma de periódico. Las regiones españolas, junto con sus diseños, son las protagonistas.
Siempre hemos sido incondicionales de la manufactura ibérica y, en general, de todo lo que se elabora aquí. Ahora, el made in Spain se ha revalorizado, se percibe como garantía de calidad en cuanto a fabricación artesanal y productos gastronómicos». Es así como expresa su pasión por las cosas bien hechas en nuestro país Pedro García, director creativo (junto con su pareja, Dale Dubovich) de la firma que lleva su nombre, el de su padre y el de su abuelo. Este último fue el fundador de la empresa, nacida en 1925 en la ciudad de Elda (Alicante), donde aún tiene su propia fábrica. Precisamente, en este rincón nace su calzado deseo, en el que diseño y comodidad conviven a partes iguales y que podríamos definir como moderno, valiente, contemporáneo e innovador. Pasado y futuro se dan la mano en unas piezas en las
EL AMPURDÁN, MENORCA Y BILBAO ESTÁN ENTRE LOS DESTINOS VISITADOS POR ‘MADE IN SPAIN JOURNAL’. ¿EL ÚLTIMO? VALENCIA
que la experimentación lleva la voz cantante. El satén deshilachado, las plantas anatómicas, la piel cortada al canto y los cierres de velcro son algunas de sus señas de identidad. Aunque quizá la más importante sea su oda a lo hecho en España, de ahí que, para acompañar cada una de sus colecciones, la firma viaje a un lugar de nuestro territorio y dé vida a un periódico en el que sus zapatos y bolsos se funden con el entorno en unas imágenes maravillosas. Una mirada personal bautizada como Made in Spain Journal.
«Fue una evolución que sucedió de forma natural. Todas las temporadas, seleccionamos un punto del país para fotografiar nuestros modelos y, a la vez, mostrar lo inspirador del lugar y de su cultura. Es la manera en la que nuestra marca vincula el territorio con la historia de lo producido a mano», explica Pedro García. De este modo, ha sido posible disfrutar del rococó de La Granja de San Ildefonso (Segovia), de los faros del Cantábrico, del mar de Mallorca o de las luces nocturnas de Barcelona. «Es difícil destacar un solo sitio. La costa asturiana, con su saber vivir, fue muy acogedora; o el Lanzarote de César Manrique», dice el diseñador. El lugar elegido para su catálogo de otoño/invierno 2017-/18 ha sido la ciudad de Valencia. ¿Los motivos? «Su luz, su color, el carácter alegre del Mediterráneo y su estética ornamental. Además, desde que descubrimos la gran tradición que existe allí en lo que a fabricación de seda se refiere, el nexo con la colección (que tiene al satén como protagonista) estuvo claro». El invierno de Pedro García viene envuelto en este lujoso tejido, y las imágenes de la maestría artesana a orillas del Turia son el complemento perfecto para deleitarnos aún más (si cabe) con su suavidad. ■