PARARSE A PENSAR
Más allá de pesarte a diario o empeñarte en enfundarte en unos vaqueros de la talla 38, existe un concepto llamado el peso justo, que es indispensable a la hora de plantearte estar a gusto en tu cuerpo. Una perífrasis con la que, según el endocrino Iván Quiroga López (Madrid, tel. 914 31 78 61), designamos «la cifra que se consigue mantener en el tiempo con una dieta equilibrada, sin pasar hambre y sin demasiado esfuerzo». Existen numerosas fórmulas para calcular el dato exacto, pero ¿quién no ha oído hablar del famoso Índice de Masa Corporal? Sin embargo, cuando éste se traduce en una imagen frente al espejo, suele dejar mucho que desear. Para el doctor Quiroga López, esto tiene que ver con que «lo importante es personalizarlo en función de cada paciente, teniendo en cuenta el sexo, la edad, la altura, la composición corporal, el peso máximo y mínimo, el deseado, la herencia, la constitución y los hábitos». Aunque, para los amigos de las calculadoras, sí que hay un algoritmo que se acerca. En palabras del experto, consiste en «multiplicar la altura al cuadrado por 21 (en el caso de la mujer) o por
24 (en los hombres) y restarle un 10% al resultado». Por otra parte, y ya desde un punto de vista totalmente visual, «podemos saber si estamos en nuestro ideal si, al pellizcar la chicha que se forma encima de la cintura, el grosor de la piel es menor a dos centímetros», añade el cirujano Pedro Fernández Conti (Madrid, tel. 914 31 78 61). No obstante, en ocasiones el impedimento para alcanzar nuestro objetivo no está tanto en qué nos llevamos a la boca, sino en cómo y por qué lo hacemos. mindful eating comer, coach Atrévete a Antes de sentarse en la silla, practicar hábitos de alimentación consciente es una forma poderosa de regular el peso y equilibrar salud mental y física. Estos son los que propone la nutricionista María Kindelán.
Inspira y expira cuatro veces por la nariz al llegar a la mesa. Al oxigenar tu cuerpo, el proceso digestivo se adelanta y se vuelve más fácil.
Deja el tenedor o la cuchara sobre el plato y no los vuelvas a utilizar hasta que no hayas masticado, saboreado y tragado perfectamente lo que tienes en la boca.
RESPIRA HONDO SUELTA LOS CUBIERTOS ¿ES HAMBRE ESO QUE TIENES?
«El 40 por ciento de nuestra ingesta diaria responde a una motivación emocional e inconsciente», apunta María Pilar Casanova, experta en (Barcelona, tel. 619 71 84 16). Su método, propone «alimentarse sólo cuando tengamos hambre física, y no mental. Sólo INCONSCIENTE entonces podemos consumir todo tipo de productos, evitando las prohibiciones, que generan ansiedad». Sus consejos continúan por saborear más, sentarse en la mesa, parar antes de estar lleno, caminar 30 minutos diarios y hacer 15 de meditación. Otra fórmula eficaz es la que propone la María Kindelán (Madrid, tel. 661 80 17 06), con la que se aprende a identificar cómo te afectan las comidas a nivel digestivo y energético, y a utilizarlas correctamente en cualquier momento.
Antes de comer, pregúntate cuánta necesidad tienes de ello. Así, podrás distinguir si se trata de nervios, de sueño, de sed o de falta real de energía.
Para evitar lanzarte a la nevera, masajéate los pies o anda por la casa sin calzado. Si haces aterrizar tus sensaciones, disminuirá tu nivel de ansiedad mental.
Durante una o dos semanas, ten en el bolsillo un cuaderno y apunta en él todo lo que te llevas a la boca. Al releerlo, podrás darte cuenta de las veces que te has alimentado de modo incorrecto, para más tarde corregirlo.
CAMINA DESCALZA ESCRIBE UN DIARIO