EVOCAR UN DESTELLO
Cuando conozco a alguien, lo primero en lo que me fijo es su sonrisa. Y luego, en las joyas». A Rosa Oriol, autora de la frase, directora creativa de Atelier Tous y alma de Tous (junto a su marido, Salvador) desde hace ya más de 50 años, la vida le sonríe. Y hoy ella lo hace para nosotros, junto a Paula Echevarría (Candás, 1977), un lujo de mujer («en ocasiones soy una joyita», confiesa medio en broma) que lleva colaborando con la firma desde el año 2010 y que brilla precisamente por enseñar siempre su preciosa dentadura: «Esa actitud te hace ver el vaso medio lleno. No quiere decir que lo esté, aunque me guío por una frase: “Hoy no sabía qué ponerme, y me puse feliz”. La vida es cuestión de enfoque, porque nadie está 100% contenta, pero mis padres me enseñaron que hay que soñar siempre. Y yo le digo a mi hija que se muestre sonriente por si acaso... Luego ya veremos, ¿no?Es algo que te abre puertas y te acerca a la gente. En definitiva, todo es másfácil así». Hace ya siete años, ese gesto le dejó de par en par la entrada a Tous. ¿Cómo fue el encuentro? Una comida con el matrimonio responsable de la marca, durante la cual le regalaron una pieza en forma de D (la inicial de su hija Daniella, por aquel entonces un bebé) en oro blanco y diamantes. En ese momento comenzó su luminosa relación. Para Rosa, Paula es «cariñosa, divertida, cercana, guapísima, inteligente, encantadora»... y la mejor embajadora de la casa, «porque lleva nuestros diseños de corazón y le gustan de verdad. Es todo un diamante». Y para la actriz, la creadora es un ejemplo de fortaleza: «Me impresiona comprobar cómo es capaz de llevar una importante empresa y una familia tan grande. Si la observas mientras trabaja, transmite que le apasiona lo que hace, y trata cada pieza con absoluto control y amor. Lo que más me admira es su habilidad para tener unido a todo el clan; es como una mamá gallina. Y resulta increíble ver cómo la mira Salvador tras más de 50 años juntos. Se le cae la baba». Paula se siente parte integrante de la familia Tous, y muestra de ello es que, si bien su colaboración no la obliga a llevar joyas la marca en su día a día, ella lo hace. No hay más que fijarse en la hilera de pendientes de su oreja, todos made by Tous, y en los looks que luce en su blog de ELLE.ES, el 90% de los cuales se aderezan con detalles de la firma. «No vendo humo, se nota que me apasionan sus modelos. Ellos no buscan una celebrity que llegue, se los ponga un año y se vaya. Quieren muchomás: que haya una complicidad a nivel personal y que la relación sea larga, duradera y creíble. Que su nombre se acabe identificando con el tuyo, y viceversa», apunta la asturiana mientras observa con interés las piezas elegidas para la sesión de fotos, tras saludar con mucha confianza a Rosa. Y si para ésta la familia es la alhaja más preciada, Paula escoge a su hija Daniela. «¿Te imaginas que digo otra cosa? (risas). Ella ha sido un punto y aparte en mi vida. Es mi gema, a la que saco brillo todos los días». El recuerdo que guardan en su interior los regalos, su valor sentimental, es tan importante o más que su belleza exterior, y Rosa lo sabe: «Nuestras creaciones suelen comprarse para celebrar momentos de alegría, y el hecho de compartirlos con alguien es lo que las hace únicas y especiales. La capacidad para mantener vivos esos instantes es su verdadero valor». Lo primero que su marido, Salvador Tous, le dio fueron dos colgantes: uno con forma de esquís, que guarda con especial cariño, y un diamante que la acompaña a todos lados a modo de amuleto. Paula comparte la idea: «Las joyas esconden esa ocasión en que te emocionaste, lloraste, abrazaste, besaste y dijiste: “¡Gracias, me encanta!”. Se deben regalar porque lo que conllevan es lo más bonito. Nunca se pierde, y te traslada
«EL VALOR DE LA JOYA ES QUE EL RECUERDO SE MANTENGA VIVO» (Rosa Oriol)