ELLE

EL VIVO RETRATO DEL SIGLO XX

-

Si dormía con sus corgi. Eso fue lo primero que le pregunté a su majestad la reina Isabel II cuando acudí en 2008 a Buckingham para fotografia­rla. Creí que me iban a echar del palacio de un puntapié. Para mi asombro, no fue así. ¿Su respuesta? “No... ¡porque roncan!”». Tras esta anécdota real se encuentra Harry Benson (Glasgow, 1929), un fotógrafo fuera de serie que ha presenciad­o algunos de los momentos más importante­s de la historia –como la muerte de Robert F. Kennedy y las marchas por los derechos civiles de Martin Luther King– y ha observado el lado íntimo de Winston Churchill. Ha llegado a cruzar las puertas cerradas del IRA, a infiltrars­e en las jornadas del Ku Klux Klan en Carolina del Sur, a retratar a todos los presidente­s de Estados Unidos desde Dwight D. Eisenhower hasta Donald Trump, a capturar el famoso baile en blanco y negro de Truman Capote y a plasmar la vida privada de personajes como Barbra Streisand y Jackie. Ahora sus instantáne­as quedan recogidas en el libro Harry Benson: Persons of Interest (powerHouse Books).

¿En qué momento crees que tu carrera dio un giro de 180 grados?

En 1964, cuando tuve que acompañar a The Beatles en una gira mundial que comenzaba en París. No quería hacer ese trabajo. Para mí no

Empezó como fotógrafo de bodas después de pasar por la Real Fuerza Aérea Británica como cocinero.

«Soy miembro de la Orden del Imperio Británico. Dejé el colegio con 13, por imbécil, y esta insignia es mi mayor orgullo».

INICIOS EMBLEMA

eran nadie. Había planeado ir a África, me considerab­a un fotoperiod­ista serio. Cuando llegué al estudio de ensayo, la noche antes de su debut en el Olympia, y les oí tocar All My Loving, supe que estaba en el sitio adecuado.

¿Por qué accediste?

Mi editor insistió. Le pregunté que por qué yo y respondió que el otro fotógrafo era feo. Y no podía haber un tipo feo con el grupo.

¿Cómo es haber documentad­o estos 60 años de la historia?

¿Tantos? ¡Pues agotador! Con una cámara, sientes la necesidad de congelar cada momento. No hay ética a la hora de fotografia­r: mi deber es informar.

Entonces, ¿cuál es tu principio?

Me guío por el movimiento, como cuando James Brown se puso a hacer gimnasia en mi jardín para la foto. Detesto los seres inertes, hastiados. Han pasado tantos iconos por tu objetivo... ¿Qué tal es lidiar con los agentes? Los publicista­s saben cómo dinamitar una buena historia. No ayudan a sus representa­dos con sus consejos. De hecho, hoy incluso vetan imágenes. Si les llego a hacer caso, mi foto de Jack Nicholson con la nariz empolvada no habría visto la luz. Dejo que la gente piense lo que quiera. Podría ser talco, por ejemplo. Yo sé qué era, lo oía aspirar al otro lado de la puerta del baño. O la de Liz Taylor y su operación: le habían rapado la cabeza y cosido de un lado a otro del cráneo. Le tiré una foto, me preguntó si estaba guapa y le contesté que se parecía a Sinéad O’Connor.

¿Y qué pasó?

Sus principios «Para mí no hay ética a la hora de fotografia­r. Mi deber es documentar»

Se puso a gritar, se levantó de la cama para verse en el espejo y me echó de allí. Era verdad, se parecía a Sinéad. ■

 ??  ?? Harry Benson, sentado frente a su retrato de la reina Isabel II en The Scottish National Portrait Gallery.
Harry Benson, sentado frente a su retrato de la reina Isabel II en The Scottish National Portrait Gallery.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain