Felicidad de cine
UUn canto al cine. Una declaración de amor. Un homenaje a las emociones a flor de piel, los relatos apasionantes y las interpretaciones que llegan al corazón. A esa magia especial que te atrapa, esa banda sonora que te conmueve y esa escena que se te graba en la memoria. Es febrero, el mes cinéfilo por excelencia; en unos días se entregarán los premios Goya y poco después viviremos la 90ª gala de los Oscar. Por eso, en este número rendimos un tributo especial al séptimo arte (una de las mejores maneras de entretenerse, soñar y evadirse) y, en particular, al talento español. Lo hacemos reuniendo a los grandes maestros y a las nuevas estrellas de nuestro país en un exclusivo portfolio, en el que brillan desde Belén Rueda hasta Carlos Saura, pasando por Carmen Machi, Paco León o Daniel Calparsoro.
¿Y quién podía protagonizar la portada de un ejemplar tan emblemático? Por supuesto, nuestra actriz más internacional, la española a la que Hollywood adora, Penélope Cruz. Además, 2018 es su año: está a punto de estrenar la nueva entrega de la serie American Crime Story, en la que, con un cambio de look radical, encarna a Donatella Versace; Loving Pablo, la cruenta biografía del capo del cartel de Medellín, Pablo Escobar (interpretado por su marido, Javier Bardem), y la película Todos lo saben, junto a Ricardo Darín. Solidaria y comprometida, Pe no deja escapar la oportunidad de levantar la voz desde ELLE para decir basta al acoso sexual que, insiste, «está a la orden del día en todas partes y en cualquier profesión». «Ha comenzado una revolución que no tiene que servir para llenar páginas en los periódicos, sino para cambiar el mundo», subraya. De ahí que apoye el movimiento Time’s Up, recién creado por un grupo voces superpoderosas de la industria –no sólo mujeres: Steven Spielberg, entre otros hombres, es uno de los donantes fundadores– y que, bajo el mantra «Se acabó el tiempo del silencio, se acabó el tiempo de la espera», incluye un fondo de defensa legal para las personas con escasos recursos de distintos entornos laborales. Antidiva por antonomasia, madura y con los pies en la tierra, la actriz confiesa que, frente a la red carpet, prefiere el sofá de su hogar, pasar tiempo con su hermana, jugar con sus dos hijos o disfrutar de sus amigos de siempre. Y que para ella el éxito consiste, simplemente, en dedicarse a lo que soñaba de niña. Con Penélope coincide su colega Belén Rueda, que en ELLE demuestra tener claro lo que de verdad importa y que asegura que el triunfo es como el sarampión: «Si se te curan los granitos, bien, pero si se te quedan las marcas, plantéate en serio tu existencia. Porque, al llegar a casa, tú eres tú. O sea, mamá para mis hijas y una hermana para mis hermanos. Ahí acaba todo». Pura sabiduría.
Poco antes de recibir el Nobel de Física (hablamos de 1922), Albert Einstein escribió su teoría de la felicidad; la plasmó en dos notas redactadas a mano que regaló a un mensajero en un hotel de Tokio (su particular propina), de las cuales una ha sido subastada por más de un millón de euros. «Una vida tranquila y modesta aporta más alegría que la constante y agitada búsqueda del éxito», afirmó el genio alemán. Porque, para la mente que comprendió la inmensidad del cosmos, la felicidad estaba ahí, en las pequeñas cosas.