Top & rock
Rocío Crusset (Sevilla, 1994) se ha convertido, con tan sólo 23 años, en una modelo ‘made in Spain’ que traspasa fronteras. Se describe como una persona despistada, cabezota y productiva, a la que el mundo de la moda le ha enseñado la virtud de la paciencia: «He aprendido que las cosas tienen que llegar en su momento y que, si no lo hacen, no pasa nada. Con esa actitud, al final, ¡siempre aparecen oportunidades que no te esperabas!». Su estética ‘tomboy’ ultrafemenina se nutre de sudaderas y zapatillas, y abundan las prendas ‘robadas’ a todos los hombres que la rodean: «Mi novio, mi padre y mi hermano ya están hartos de mí», ríe. «Me encanta cogerles chaquetas y jerséis». Por su profesión, los aeropuertos son su base de operaciones, y el combo de mochila y pantalón de deporte, su compañero de viaje (junto a un buen libro y unas pesas). «Suelo llevarme lastres y una banda elástica para hacer ejercicio en la habitación, por si no tengo un gimnasio cerca. Y tampoco me falta nunca la lectura para las horas muertas en los sets. Estoy intentando despegarme del móvil, porque me he dado cuenta de que, a veces, lo desbloqueamos por inercia, sin querer ver nada en realidad. Lo último es un cuaderno en el que apuntar lo que tengo que hacer. ¡Sin él, me encuentro totalmente perdida!».