Partners in crime
A Gracia Querejeta (Madrid, 1962), su padre, el mítico productor Elías Querejeta, la amenazó con no darle trabajo de meritoria si no pasaba antes por la universidad. Ambos cumplieron su parte del trato y Gracia, licenciada en Historia Antigua, filmó su debut, ‘Una estación de paso’, con sólo 28 años. «El cine forma parte de mi vida desde la infancia», reconoce esta guionista y directora, siempre fiel a unos relatos intimistas que diseccionan las relaciones familiares. Por el contrario, Paula Echevarría (Candás, Asturias, 1977) afirma no ser una actriz vocacional, de esas que, ya de niñas, amenizaban las reuniones familiares con obras de teatro. Sin embargo, el día que se puso ante una cámara (en la serie ‘Siete vidas’), supo que ese era su sitio. «Desde entonces, hace 18 años, he compaginado la interpretación con otras tareas, pero, cuando llego a un plató, pienso: “Ahora estoy en casa”», dice. Sus destinos se han cruzado por primera vez en el octavo film de Querejeta, ‘Ola de crímenes’, una tragicomedia de acción repleta de personajes desnortados. Y ninguna de las dos escatima en halagos. «No había rodado nunca con Paula, y estos ‘experimentos’ pueden salir bien o mal. En este caso ha sido un gustazo; nos lo hemos pasado genial. Ella llevaba un tiempo sin trabajar en el cine y tenía ganas de algo diferente. La asociamos a ‘Velvet’, que está muy bien, pero le entusiasmó la idea de enfrentarse a un registro que no tiene nada que ver con ese, y a mí, la de dirigirla en un reto así», explica la realizadora. «Gracia ha sido un descubrimiento maravilloso en todos los sentidos y me ha regalado un papel de psicópata que jamás habría imaginado para mí. Lo mejor de este oficio es que no te aburres: siempre te ofrece cosas nuevas y bonitas», remata la asturiana.