TODO AL ROSA
En este mes de sensibilización nos unimos ante el cáncer de mama para descubrir los avances en los protocolos de PREVENCIÓN y actuación.
Prevención y actuación frente al cáncer de mama.
El 19 de octubre destaca en el calendario como el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, una dolencia que, según el Global Cancer Observatory, es el segundo tumor más frecuente y el más extendido entre las mujeres. Las cifras lo delatan: la Sociedad Española de Oncología Médica subraya que en 2017 se diagnosticaron más de 26.000 casos en nuestro país. Por eso, ante la idea de que una de cada ocho mujeres lo sufrirá a lo largo de su vida, han surgido entidades independientes que, como Cris (criscancer.org), apoyan ensayos clínicos para seguir mejorando en el diagnóstico y en el tratamiento. En este contexto, Inma Blanquer, directora del centro wellness Assari, se considera una superviviente: «Es un proceso duro que no tienes que subestimar: debes reconocerlo, asumirlo y cuidarte sin fatalismos». Te acompañamos a mimarte en cada etapa del viaje.
ANTES: CUESTIÓN DE HÁBITOS
«El cáncer de mama es una enfermedad que se inicia cuando las células se reproducen sin control y son capaces de crecer más allá del tejido original y de producir metástasis en otros órganos», explica Cristina Saura, del grupo de investigación Solti (gruposolti.org) y jefa de la Unidad de Mama del Hospital Vall d’Hebron, en Barcelona. Aunque todavía no se conocen las causas últimas, se han asociado distintas situaciones a la presencia de un mayor riesgo, como «la menarquia –primera regla– precoz, la menopausia y la maternidad tardías, el sedentarismo y los antecedentes familiares», dice el oncólogo José Ángel García Sáenz, de GenesisCare (genesiscare.es). De ahí que las campañas de prevención sean clave para muchas organizaciones. En este sentido, llama la atención el estudio de malos hábitos que lleva a cabo la Fundación Clínica Menorca y que está liderado por la doctora Laura Estévez. A falta de los resultados definitivos, la prevención pasar por llevar un estilo de vida saludable. Estévez sugiere practicar ejercicio, seguir una dieta healthy y, a pesar de que todavía no hay evidencias científicas, evitar el estrés. El protocolo que propone La Sociedad Española de Oncología Médica aconseja una mamografía anual a partir de los 40 y, si hay antecedentes, adelantar las pruebas y hacer las ecografías necesarias. Si se da la circunstancia de que existen varios miembros en la familia afectados por la enfermedad, lo ideal es que «el especialista valore si es necesario un estudio de la unidad genética, para analizar el caso y personalizar las medidas de detección», insiste José Ángel García Sáenz. Por último, la autoexploración es un hábito sencillo de instaurar y que puede brindar varias pistas si se aprecian dolor, bultos en la mama o en la axila o secreción y cambios en el pezón. La doctora Saura recomienda una evaluación de este tipo entre los días cinco y diez del ciclo menstrual.
DURANTE: CINCO PASOS CLAVE
A partir de sus vivencias, Inma Blanquer ha convertido el centro Assari (assari.es) en un lugar de referencia, desde el que inciden en cinco aspectos fundamentales. El primero es el ejercicio, ya que ayuda a eliminar la toxicidad del tratamiento y a mejorar el ánimo (genera endorfinas). Lo básico es contar con un preparador personal con experiencia en pacientes oncológicos, pues el proceso consta de diferentes fases en las que cambia la intensidad. Se plantea completar el plan con una actividad cardio moderada. En la gente que sufre cáncer de mama es indicada la marcha nórdica, pues trabaja el 90 por ciento de la musculatura y previene la aparición del linfedema (la acumulación de linfa que puede producirse cuando se retiran los ganglios en la intervención oncológica). ¿El plus? Mejora la postura y quema calorías. En segundo lugar está la fisioterapia, donde se combinan sesiones para recuperar la movilidad tras el proceso quirúrgico, masajes que ayudan en caso del mencionado linfedema y masajes relajantes. Otro pilar básico es la alimentación, ya que un buen asesoramiento nutricional es útil para adaptar la selección de alimentos, el método de cocción y su temperatura a los ciclos del tratamiento. En cuarto lugar están las terapias energéticas. Por ejemplo la acupuntura, que ayuda a reducir el estrés, mejora el estado de ánimo y equilibra la energía. Nuria Torijano lleva años aplicándola desde su espacio (www.nuriatorijano.es). El último paso son los tratamientos estéticos adaptados, puesto que la sensibilidad de la piel demanda sesiones cortas, suaves y con ingredientes emolientes, calmantes y libres de tóxicos. Un cuidado esencial (a veces olvidado) es el de las cicatrices. Inma Blanquer asegura que, aunque poco agradable (es a través de pellizcos), es el mejor método para evitar los queloides.
DESPUÉS: RECONSTRUCCIÓN
«La mastectomía provoca una gran secuela psicosocial», dice Martina Marín Gutzke, del equipo de Cirugía Plástica del Hospital San Rafael y de la Unidad Mamaria del Hospital La Luz (Madrid). La reconstrucción supone un apoyo esencial en la recuperación de las pacientes. Sin embargo, desde el gabinete de Ángel Juárez, jefe de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital La Zarzuela (Madrid), recuerdan que, de las 16.000 mastectomías ejecutadas al
año en España, se reconstruyen 4.800 y sólo 1.920 se practican en el momento. Una de las preguntas que más se formulan las pacientes es si elegir la inmediata o la diferida. Los especialistas coinciden: lo prioritario es el tratamiento oncológico; el momento de la reconstrucción depende de los factores clínicos y de las características del tumor (por ejemplo, la radioterapia puede dañar los tejidos). Las ventajas de la inmediata son que tiene un menor impacto en la persona enferma y que los resultados estéticos suelen ser mejores, pues el equipo oncológico y el reconstructivo trabajan juntos y lo hacen sobre tejidos no cicatrizados. Entre los aspectos negativos destaca que hay una mayor probabilidad de necrosis, requiere más días de hospitalización y supone un mayor número de marcas. Por su parte, la reconstrucción diferida implica un periodo más prolongado para tomar la decisión y una recuperación rápida. Sin embargo, el cirujano plástico posee un control menor en el momento de la mastectomía y la alteración de la imagen de la paciente se dilata en el tiempo. Una vez que se haya decidido devolver al pecho su estado original, existen varias opciones. «El planteamiento reconstructivo depende de la mastectomía realizada, las sesiones de radioterapia, la afectación ganglionar axilar, las características del paciente y su grado de actividad», dice la doctora Marín Gutzke. Según la técnica, puede ser protésico (con implantes de silicona) o autólogo (a base de tejidos propios, apto también para intervenciones parciales). Lo más novedoso lo propone el doctor Ángel Juárez. Se llama Brava y es una técnica que permite la infiltración de grasa autóloga de forma tridimensional. Se coloca en sesiones quincenales de 12 horas de duración cada una, por medio de cirugía ambulatoria; aunque el proceso resulta tedioso, el resultado es de lo más natural que existe en la actualidad. ■