ESCAPADA SLOW
Pese a ser célebre por su carrera de Fórmula 1, esta acogedora ciudad del noroeste francés resulta un DESTINO TOP para amantes de la tranquilidad.
LA ZONA MEDIEVAL ES UN DÉDALO DE CALLEJUELAS ADOQUINADAS, PLAZAS RECÓNDITAS Y PALACETES
Escenario de varias películas históricas, como El hombre de la máscara de hierro, El jorobado y Cyrano de Bergerac, el viejo Le Mans, llamado también la Cité Plantagenêt en honor a la dinastía que lo habitó, conserva un inigualable casco antiguo medieval. Por él han pasado estrellas de la talla de Gérard Depardieu, Steve McQueen (coguionista y protagonista del film Las 24 horas de Le Mans) y
Matt Damon (intérprete principal, codo a codo con Christian Bale, de Le Mans ’66, que relata el empeño de la escudería Ford por acabar con la supremacía de Ferrari). Rodeada por una muralla galorromana del siglo III y bañada por el río Sarthe, entre sus palacetes renacentistas, sus plazuelas secretas y sus tortuosas callejuelas adoquinadas –perfectas para recorrer a pie–, reinan la calma y la paz. Presume de una catedral, la de Saint-Julien, de estilos románico y gótico –con un menhir adosado–, que rivaliza con la de Chartres por su magnífico conjunto de vidrieras, únicas en el mundo. La bóveda de la capilla de la Virgen, decorada con un enorme fresco en el que una corte de ángeles toca diversos instrumentos, resulta fascinante. La música ocupa un lugar relevante en la ciudad; no en
vano, su universidad está especializada en acústica, y también se fabrican instrumentos musicales. Además, cada primavera se celebra el Europa Jazz Festival, que reúne a importantes figuras del género. Si enfilas desde el templo hacia el 25 de la Rue Chanoines, llegarás a Maison Saint-Pierre (+33 (0)2 43 87 25 39), una elegante casa señorial reconvertida en un bed & breakfast con tres habitaciones, magníficas vistas y mucho charme. Su encantadora dueña te contará mil y una historias apasionantes sobre el pasado de la villa. Para probar una refinada cocina de autor, reserva mesa en L’ÉpiCurieux (14, Rue Vieille-Porte), un restaurante con azulejos y estética art nouveau donde el filet de pato sarthois con pasas y vino blanco te dejará como nueva. Piérdete por callejones empinados entre edificios históricos y caserones solariegos que esconden jardines secretos. Y, si te topas con el propietario, pide permiso para visitarlos: los manceaux son amables, y se
SITUADA EN LA REGIÓN DEL LOIR A, PRESUME DE VINOS DEPRIMERACOND.O.YUNA DELICIOSA GASTRONOMÍA
sienten orgullosos de sus tesoros. Admira las viejas viviendas panzudas con entramado de madera del coqueto barrio de Saint-Benoît y curiosea entre los libros de viejo, sin prisas. Olisquea las flores, trastea en las tiendas de antigüedades, descubre la casa del Pilar Rojo y visita el Museo de la Reina Berenguela. Tómate una pausa en Bateau Lavoir (105, Grande Rue), uno de los cafés más cool de la cité, antes de poner rumbo a la zona nueva de Le Mans: centro neurálgico de la actividad cotidiana, más bulliciosa y moderna, destila un gran encanto. Esconde joyas inesperadas, como La Librairie Bulle (13, Rue de la Barillerie, librairie-bulle.fr), un auténtico paraíso para los amantes del cómic. En los estantes de esta inmensa librería, podrás encontrar algún ejemplar de Las aventuras de Michel Vaillant, de Jean Graton, que narra
EL PLAN ES NO TENER PLAN: PASEA SIN RUMBO FIJO POR EL CASCO VIEJO Y CURIOSEA AQUÍ Y ALLÁ
las peripecias de un piloto de carreras de los 50, o La hoz de oro, el segundo álbum de Astérix y Obélix, donde aparece Le Mans y en el que se hace un guiño desternillante al circuito de velocidad con una carrera de bueyes.
En el Passage du Commerce, no podrás resistirte a los complementos fashion de Le Boudoir de Lily ni a los aromas de Jovoy, una boutique de alta perfumería donde la dueña, enamorada del segmento nicho, te impartirá una lección magistral sobre fragancias. Para cambiar de olores, nada como hacer un alto en l’Épicerie Buissonnière, un ultramarinos deli en el que tendrás la oportunidad de probar las rillettes, un plato típico de la zona hecho con cerdo, sal, pimienta y filamentos de carne cocida. Acompañado por un copa de D. O. Jasnières, un vino blanco de sabor mineral ligeramente afrutado elaborado con uva chenin, resulta un verdadero festín. Para un dulce final, acércate a La Sablésienne (2, Rue
LA ANTIGUA ABADÍA CISTERCIENSE DE L’ÉPAU, FUNDADA POR BERENGUELA DE NAVARR A, ES HOY UN CENTRO CULTUR AL
de la Perle, sablesienne.com) y pídete un par de sablés, una galleta de mantequilla de masa fina para derretirse.
Si te divierte la escapada dentro de la escapada, no dejes de visitar la abadía de L’Épau, un monumental conjunto arquitectónico fundado en 1229 por Berenguela de Navarra, viuda de Ricardo Corazón de León, reconvertido en un centro cultural que acoge expos temporales, conciertos y recitales. A
ANTICUARIOS Y TIENDAS DE ‘BROCANTE’ INVADEN EL CERCANO PUEBLO DE CHARTRE-SUR-LE-LOIR
pocos kilómetros existe un pueblecito, La Charte-sur-leLoir, que hará las delicias de las buscadoras de gangas: sus tiendas de antigüedades te trasladarán a la cueva de AlíBabá. Repón fuerzas en el mítico Hôtel de France (20, Place de la République), cuartel general de las escuderías. Ya de regreso a la cité, disfruta de la carta de Courtine (21, Place de l’Éperon), un elegante bistrot con platos tradicionales, y remata en Le Lapin Blanc (5, Rue Dorée), un bar con música en vivo siempre animado. Verás que, en la ciudad de la velocidad, el tiempo transcurre a otro ritmo. ■